El organismo de las personas mayores de 100 años es capaz de equilibrar las reacciones proinflamatorias y antiinflamatorias, favoreciendo así su longevidad, según ha mostrado una investigación llevada a cabo por científicos suizos e italianos del Centro de Investigación Nestlé y del Instituto Nestlé de Ciencias de la Salud, con la colaboración de la Universidad de Bolonia (Italia) y publicada en la revista ‘PLOS One’.
En concreto, según han detallado, determinadas sustancias presentes en la sangre y en la orina de los centenarios sugieren la idea de que pueden tener una mejor respuesta antioxidante y mejores mecanismos de desintoxicación celular. «Las personas longevas están protegidas contra la creciente carga inflamatoria asociada a enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento», ha explicado el científico de Nestlé y director del estudio, Sebastiano Collino.
De hecho, la investigación, que ha sido presentada en el Congreso Internacional de Nutrición en Granada, ha revelado que las personas que han alcanzado una longevidad excepcional se caracterizan por complejos cambios en los niveles de lípidos en su cuerpo, en su metabolismo de los aminoácidos y en sus funciones intestinales. Según los científicos, estos cambios pueden actuar como marcadores fisiológicos que predicen una vida más larga y una vejez más saludable.
Además, el análisis de las muestras de esas personas presentaba niveles de distintas sustancias notablemente similares a los de personas mucho más jóvenes. «El descubrimiento del fenotipo metabólico de la longevidad constituye un paso muy importante en la comprensión de los mecanismos biológicos del envejecimiento. Estos resultados nos ayudarán a conocer los procesos clave para que las personas mayores mantengan una buena salud y vivan más tiempo», ha apostillado el investigador.
Para llevar a cabo el estudio, los científicos han trabajado con muestras de sangre y orina de 396 voluntarios de tres generaciones de mujeres y hombres que viven en tres ciudades del Norte de Italia: Florencia, Bolonia y Milán. El estado de salud físico y cognitivo de los voluntarios que han participado en el estudio fue evaluado mediante cuestionarios previamente validados.
El grupo de centenarios estaba compuesto por 30 hombres y 113 mujeres, nacidos entre 1900 y 1908. El segundo grupo, con una edad media de 70 años, constaba de 210 personas nacidas de un centenario y 73 personas cuyos padres murieron antes de alcanzar la esperanza media de vida italiana en el momento (67 años el padre y 72 años la madre). Por último, se ha estudiado un grupo de 21 jóvenes voluntarios, con una edad media de poco más de 30 años.
MÉTODO INNOVADOR
El estudio ha examinado la sangre y la orina del grupo seleccionado mediante técnicas metabólicas para identificar los procesos biológicos generados por su organismo. «Es algo parecido a las ondas del agua en un lago después de lanzar una piedra. No puedes ver la piedra pero las ondas prueban que ha estado ahí», ha señalado Collino.
Por tanto, el objetivo final de la investigación ha sido crear nuevas herramientas de diagnóstico que proporcionen datos sobre la edad biológica de una persona y permitan identificar el riesgo de que desarrolle enfermedades relacionadas con el envejecimiento. También se está estudiando el impacto que la dieta mediterránea pueda haber tenido en el excepcional estado de los centenarios.
En este sentido, el doctor Collino ha manifestado que deben continuar haciéndose estudios que analicen diferentes poblaciones con antecedentes genéticos distintos, lo que permitirá a los científicos comprender mejor la influencia de la nutrición y el estilo de vida en el envejecimiento y la longevidad.
Esos nuevos estudios están ya en marcha, como parte de un proyecto financiado por la Unión Europea, el ‘NU-AGE Project’, y ampliarán la investigación a cinco poblaciones europeas diferentes para saber si la adopción de una dieta determinada puede cambiar los rasgos metabólicos de una persona y contribuir a una vejez más saludable y feliz.