Redacción, 03-02-2015.- La psicóloga Miren Larrazabal Murillo, se fija en este vídeoblog en uno de los obstáculos que se interponen en las relaciones de pareja: «La falta de reciprocidad a la hora de dar y recibir placer, tanto en el sexo como en el idilio emocional; algo que se muestra de forma insistente en el comportamiento del varón, ya sea homosexual o heterosexual».
Los modelos sociales tradicionales, o machistas, han tenido que ver con esta relación hombre-mujer, aunque éstas no pueden decir que estén libres de culpa: «Ellos se colocan en el papel de receptores del placer y las mujeres se colocan en el papel de la complacencia, de mujeres entregadas», afirma.
«Hasta hace poco tiempo, el deseo de la mujer ni siquiera contaba -dice- y si contaba era porque estaba ligado y subordinado al deseo del hombre. Era el varón quien despertaba nuestro placer. En ese estado de cosas, no es de extrañar que los hombres se llevaran la mejor parte del queso amoroso».
Esta forma de relación emocional comporta siempre discrepancia, diferencias, incompatibilidad sexual y distancia entre la pareja, lo que conlleva a la falta de complicidad y falta de comunicación permanente.
«Con este rol, el hombre lo que hace es un plagio desastroso del sexo a solas, de su propia masturbación», concluye Miren Larrazabal.
El sexo satisfactorio implica atender a nuestros deseos, pero sin descuidar los deseos, incluso fantasías, de la pareja. Este modelo no implica disfunciones emocionales y origina compatibilidad, comunicación, respeto y felicidad.
Para la especialista en relaciones de pareja, «es mucho más importante dar y recibir placer recíprocamente. Solo así, las parejas de hombres y mujeres, hombres con hombres y mujeres con mujeres, seremos mucho más felices con nuestra sexualidad».