Redacción, 26-12-2014.- La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) aconseja a los pacientes alérgicos a alimentos extremar la precaución durante las fiestas navideñas. Los casos de reacciones alérgicas suelen aumentar durante la Navidad debido al mayor consumo de alimentos altamente alergénicos (dulces, mariscos), así como al inicio en el consumo de ciertos productos. Frutos secos, marisco, pescado o algunas frutas son los que con mayor frecuencia se relacionan con reacciones alérgicas en estas fiestas. A esto debemos añadir las comidas y cenas de empresa, en las que el alérgico está más expuesto a sustancias encubiertas en los platos.
“Para eliminar la exposición al alimento, el paciente o sus cuidadores deberán conocer de qué alimentos privarse, dónde se encuentran, leer atentamente las etiquetas de alimentos elaborados, evitar la exposición accidental adoptando medidas para prevenir la contaminación cruzada, y procurando no exponerse a situaciones de riesgo”, explica el doctor Joan Bartra, presidente del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC. “Además sabemos que siete de cada diez reacciones alérgicas graves ocurren cuando la gente come fuera de casa, algo muy frecuente en estas fechas”.
“La alergia a alimentos supone un riesgo cotidiano de reacción en los pacientes alérgicos. Para minimizarlo, es preciso disponer de información e instrucción suficiente sobre cómo reconocer y actuar ante una reacción alérgica y cómo evitarla”, añade el especialista.
Los expertos recuerdan además que las personas alérgicas deben llevar un “kit” de medicación adicional y que aquéllas con diagnóstico de anafilaxia, en cuyos casos puede producirse una reacción alérgica más grave, es fundamental disponer de una inyección intramuscular de adrenalina.
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Hacia la curación de la alergia a alimentos
Hasta hace algunos años el único “tratamiento” disponible para la alergia a los alimentos era la dieta de exclusión o evitación total del alimento. El problema radica en que el paciente alérgico puede exponerse de forma accidental al mismo y sufrir una reacción grave, además de suponer en muchos casos la renuncia a actividades sociales donde haya alimentos implicados por el miedo a sufrir una reacción.
Es muy importante saber que pueden existir «alimentos ocultos», es decir fuentes de alérgenos frente a los cuales se es alérgico y que pueden pasar inadvertidos al estar enmascarados o no contemplados en la etiqueta, sobre todo en los platos preparados. El doctor Bartra recuerda que “una dieta exenta de algún alimento no es fácil y conlleva muchos problemas sociales, económicos, y para la propia salud, así como una disminución de la calidad de vida, siendo el problema aún más importante en el caso de personas alérgicas a más de un alimento. Afortunadamente, desde la década de los 90 se está investigando e implantando el tratamiento activo para la alergia a los alimentos lo que se conoce como inmunoterapia oral o desensibilización con alimentos”.
Tal y como revela el doctor, “someterse a inmunoterapia oral puede ayudar a solucionar este problema. Esta terapia que consiste en administrar cantidades progresivamente crecientes del alérgeno (alimento o fracciones del mismo) con el fin de modular la respuesta inmunitaria para inducir la tolerancia a dichos alimentos, alcanza una tasa de éxito superior al 80% en algunos alimentos. Son tratamientos arriesgados que deben realizarse siempre en centros adecuados y por alergólogos formados en ellos”, concluye.
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Actuación rápida
En una reacción alérgica, especialmente si se trata de una reacción grave (anafilaxia), es trascendental una actuación rápida, lo que mejorará la eficacia del tratamiento y la respuesta del paciente.
Si los síntomas son graves (ahogo, mareo), o bien se presenta una combinación de síntomas en la piel, digestivos o respiratorios, o el paciente ha sufrido una reacción grave previamente, no debe dudarse en la utilización de adrenalina.
Si el paciente o sus cuidadores disponen ya del medicamento autoinyectable deberá administrarse inmediatamente, siguiendo las instrucciones del envase y, a continuación, acudir a un centro sanitario.
De no ser así, se deberá acudir a un centro lo más rápidamente posible o avisar al servicio de emergencias (telf. 112).
En caso de mareo se mantendrá al paciente tumbado con las piernas elevadas, mientras se obtiene ayuda médica.
En caso de ahogo, el paciente deberá realizar 2-4 inhalaciones de un broncodilatador si se dispone de él, pero siempre tras la administración de adrenalina.
Si los síntomas son más leves, en forma de picor persistente en la cavidad oral o urticaria leve, podrá iniciarse tratamiento con un antihistamínico y buscar a continuación atención médica, ya que podría tratarse de las primeras manifestaciones de una reacción más grave.
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