Redacción, 08-01-2017.-Entre un 4 y un 8% de la población infantil padece alergia alimentaria y los alimentos que la causan con más frecuencia son el huevo, la leche, los frutos secos, el pescado, el marisco, las legumbres y las frutas.
Tal como nos explican desde el Servicio de Alergología del Hospital Vithas Xanit Internacional, perteneciente al grupo sanitario Vithas, este tipo de alergias suponen un verdadero problema tanto para los menores como para los padres, ya que se trata de alimentos muy comunes en nuestra dieta diaria por lo que es fácil la exposición inadvertida o accidental a los mismos, algo que puede resultar angustioso o dramático.
“La persistencia de alergia alimentaria supone una alteración importante de la calidad de vida de los pacientes durante mucho tiempo, especialmente durante el periodo de escolarización, con continuas limitaciones y riesgos en los comedores escolares, lo que produce un fuerte impacto emocional y social por las sensaciones de frustración, rechazo, inseguridad o incluso ansiedad del niño y las familias”, explica la Dra. Gloria Requena Quesada, responsable de la Unidad de Alergia Infantil del Servicio de Alergología del Hospital Vithas Xanit Internacional.
Hasta el momento el único tratamiento aceptado de forma generalizada para evitar los síntomas de las alergias alimentarias era la dieta de eliminación, que puede plantear serios problemas para la calidad de vida de estos niños y de sus familias, pues no resulta tan fácil de seguir dada la presencia de estos alimentos en gran cantidad de productos elaborados.
“Afortunadamente en la actualidad disponemos de novedosos tratamientos para este tipo de alergias, como la inmunoterapia oral, disponible en Vithas Xanit, que consigue desensibilizar con éxito a casi el 90% de los niños con alergia persistente”, matiza la especialista.
La Inmunoterapia oral consiste en la administración controlada de dosis progresivamente crecientes de los alimentos que causan la reacción alérgica, con el objetivo de evitar los síntomas resultantes de la exposición al alimento. Se trata de alcanzar su consumo sin síntomas a través de una desensibilización.
Al ser un tratamiento que no está exento de riesgos solo puede ser realizado por médicos especialistas con amplia experiencia en desensibilización con alimentos, y el paciente debe seguir un riguroso control por parte de su médico.