Redacción, 03-09-2017.- El fin de las vacaciones y el regreso a la actividad habitual provoca para muchas personas la aparición del estrés posvacacional, que llagaría a afectar, según un estudio de Aora Health, al 67,91 por ciento de los españoles.
Seguir algunas pautas y consejos puede ayudar a reducir esta situación.
Hacer una vuelta progresiva. Es conveniente no apurar el «hasta el último día». Los expertos aconsejan tomarse un o dos días para readaptarse a los horarios, más en el caso de los niños.
Buscar aspectos positivos de la vuelta. Tras las vacaciones deberíamos tratar de atender los aspectos más positivos de nuestro trabajo y de nuestra vida cotidiana con más recursos cognitivos, fisiológicos y conductuales
Procurar un descanso activo. Tanto en las vacaciones como en el día a día, invertir tiempo en aquellas actividades que permiten cultivar otras facetas importantes de la vida más allá del trabajo.
Cuidar los hábitos básicos saludables. Sueño, ejercicio y alimentación; cuidarnos nos permite afrontar con mayor entereza los vaivenes del día a día.
Plantear qué cambios mejorarían la rutina. ¿Puede organizarse mejor en el trabajo? ¿Necesita aprender a decir que no para no sobrecargarse de tareas? ¿Sería recomendable iniciar alguna actividad que le permita relajarse o soltar tensión?
Cultivar las relaciones interpersonales, dentro y fuera del trabajo. El apoyo social es un importante factor protector del estrés.
Evitar establecer expectativas demasiado exigentes. Septiembre es el nuevo enero y solemos cargarlo con multitud de nuevos propósitos, que si son demasiados o poco realistas, pueden generar frustración.
La práctica regular de deporte a yuda a liberar endorfinas, responsables de hacernos sentir felices y relajados. Además, con esto el cuerpo se libera del estrés acumulado.
Es todo caso conviene recordar que el estrés posvacacional es pasajero. Los síntomas desaparecen con la readaptación a la rutina. Es cuestión de actitud y de tiempo