Redacción, 11-04-2020.- La parestesia es un trastorno de la sensibilidad de tipo irritativo que se manifiesta con sensaciones anormales sin estímulo previo, como el hormigueo. Esta sensación suele darse en los brazos, manos, dedos, piernas y pies, aunque puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. La mayoría de las veces, esta sensibilidad anormal es transitoria y, a menudo, la describimos coloquialmente como que alguna parte del cuerpo “se nos ha dormido”.
La sensación de miembro dormido suele darse cuando permanecemos mucho tiempo en una postura en la que hay presión sostenida por un nervio. Por ejemplo, si nos sentamos demasiado tiempo con las piernas cruzadas o nos dormimos con una mano o brazo bajo la cabeza.
Pero, cuando se manifiesta de manera crónica o recurrente, la parestesia puede estar relacionada con una lesión que ha sufrido algún nervio o con alguna patología que puede afectar a cualquiera de las estructuras del sistema nervioso -tanto del central, compuesto de cerebro y médula espinal, como del periférico, constituido por todos los nervios periféricos-.
Los daños en los nervios y terminaciones nerviosas pueden ser temporales o permanentes, así como afectar a una sola rama de nervios o a varias.
Cuando alguno de ellos se daña, aparecen diferentes problemas que causan en el paciente dolor y dificultades para caminar.
Tal y como recoge Cinfasalud, algunas de las causas son las afecciones del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y del sistema nervioso periférico.
¿Qué signos de alarma y tratamiento presenta la parestesia?
Aunque la mayoría de las veces el hormigueo en brazos y piernas no está asociado a ninguna patología, es necesario consultar a un médico si hay parestesias o debilidad repentinos, el adormecimiento se extiende progresivamente a otras partes del cuerpo, se padecen problemas para respirar, hay incontinencia debida a la pérdida de control de la vejiga y del intestino, la sintomatología afecta a ambos lados del cuerpo, se pierde sensibilidad en la cara y el torso o se duerme el brazo o la pierna por completo.
Motivos de alarma son también alteración en el nivel de conciencia, cambios en la visión, problemas para hablar o que las parestesias ocurran, por ejemplo, justo después de un golpe en la cabeza, cuello o espalda.