Tal y como recoge Deia, lo primero es saber que hay varias causas que hacen que las arterias se estrechen y aumente, por tanto, la tensión. Estas son algunas de ellas, junto a algunas ideas de cómo podemos solucionarlas:
1. La edad. El riesgo de hipertensión aumenta a medida que se envejece. Hasta alrededor de los 64 años la presión arterial alta es más común en los hombres. Las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar presión arterial alta después de los 65 años.
2. La raza. Curiosamente, a nivel mundial la presión arterial alta es particularmente común entre las personas de ascendencia africana, que a menudo se desarrolla a una edad más temprana que en los blancos. Las complicaciones graves, como accidente cerebrovascular, ataque cardíaco e insuficiencia renal, también son más comunes en personas de raza negra.
3. La herencia familiar. La presión arterial alta suele trasmitirse en los genes familiares. Si los padres o abuelos la han padecido, hay que vigilarse con mayor dedicación.
4. Los kilos de sobra. Cuanto más se pese, más sangre se necesitará para suministrar oxígeno y nutrientes a los tejidos.
5. Fumar. Fumar tabaco no solo eleva la presión arterial de forma temporal, sino que las sustancias químicas que tiene el tabaco pueden dañar el revestimiento de las paredes de las arterias.
6. Demasiada sal.
7. Poco potasio y no tener una dieta saludable.
8. Abusar del alcohol.
9. El estrés. Se puede aliviar el estrés con un rato de meditación diaria o con sesiones caseras de respiración profunda. Las hormonas del estrés contraen los vasos sanguíneos y pueden provocar picos temporales en la presión arterial.
10. Mucha cafeína. La cafeína eleva la presión arterial, pero el efecto es temporal. Dura de 45 a 60 minutos, y la reacción varía de un individuo a otro. Reducir el consumo de cafeína hará que se duerma mucho mejor.
11. Ciertas condiciones crónicas. Ciertas afecciones crónicas también pueden aumentar el riesgo de hipertensión arterial, como una enfermedad renal, diabetes y apnea del sueño.