Redacción, 18-05-2020.- Los niños parecen infectarse por SARS-CoV-2 de forma similar a los adultos, pero al expresarse los síntomas asociados a la infección de forma más leve pueden convertirse en potenciales fuentes de transmisión silente.
“No hay suficiente evidencia científica con respeto al potencial transmisor de los niños de modo que debemos asumir que los niños son contagiosos y posibles fuentes de reintroducción de la transmisión a otras poblaciones vulnerables. De ahí la importancia de minimizar este riesgo en los centros educativos donde habitualmente se concentran una alta densidad de personas”, explica la doctora María José Mellado, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Tal y como recoge AEP, desde esta premisa, ha elaborado una propuesta para la apertura gradual de escuelas y colegios en la que sugiere que esta sea gradual y escalonada en función de la situación epidemiológica local y la edad de los escolares.
La reincorporación presencial en los centros escolares se hace en cumplimiento del derecho que tienen los niños y los adolescentes al aprendizaje y a la socialización, como necesidades básicas para su desarrollo, contempladas por la Convención de los Derechos del Niño (CDN). En este sentido, la doctora Mellado subraya la importancia de “prever adecuadamente cómo y en qué condiciones debe producirse la vuelta a los colegios, y qué medidas son necesarias desde una visión de salud pública para garantizar la seguridad de los menores y minimizar el riesgo de transmisión”.
La AEP propone que en cuanto la situación epidemiológica lo permita, se organice la reapertura de todas las actividades escolares. “Esta reapertura deberá será paulatina y progresiva y deberá contemplar recomendaciones específicas para cada grupo de edad, siendo su aplicación y la incorporación a las actividades habituales educativas de cada grupo de alumnos consensuada con los expertos en educación”, comenta la doctora Mellado.