Redacción 05-02-2014.- Hasta hace bien poco la halitosis se asociaba al consumo de determinados alimentos, una mala higiene bucal o problemas de estómago. Las investigaciones actuales apuntan a la enfermedad de las encías como el origen de más del 80 de los casos de mal aliento. Las bacterias implicadas podrían migrar hasta el sistema cardiovascular y afectar gravemente a la salud global.
Combatir el mal aliento no es sólo una cuestión de imagen sino una forma de mejorar la salud de dientes y muelas y disminuir los riesgos cardiovasculares, de por sí aumentados por la dieta occidental y un estilo de vida cargado de estrés y sedentarismo.
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«La enfermedad de las encías es el origen de más del 80 de los casos de mal aliento»
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Según explica Gustavo Camaño, Director Médico de Vitaldent, el origen de la gran mayoría de los casos de mal aliento es la periodontitis, una enfermedad de las encías conocida generalmente como piorrea. La halitosis procede de la emisión de gases que realizan las bacterias responsables de la enfermedad que tienen una presencia elevada en la boca de quienes la padecen. Además, Camaño advierte que durante la limpieza bucal se obvia la lengua, en cuya parte distal se encuentran en gran número estas bacterias.
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SÍNTOMAS DE ALARMA
La prevención es clave para evitar el desarrollo de la enfermedad, que una vez desarrollada no puede curarse, aunque sí detener su avance. Por ello, es fundamental acudir a las revisiones periódicas al dentista, añade Camaño.
Los síntomas que convierten en urgente la visita al odontólogo son:
– Sangrado durante el cepillado de los dientes.
– Inflamación de las encías.
– Presencia de mal aliento.
– Necesidad de tomar caramelos o chicles.
Así, la halitosis puede ser sólo un síntoma inicial que advierta de la presencia desequilibrada de las bacterias responsables en la boca sin que se haya desarrollado aún la enfermedad o bien ser el síntoma más evidente de su inicio.
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Además, el control de la enfermedad pasa por acudir entre dos y tres veces al dentista, realizar un cepillado especial orientado a combatir la presencia de las bacterias perjudiciales y evitar hábitos como fumar o tomar café. Si se descuidan estas orientaciones facultativas, la enfermedad puede agudizarse y conducir a la pérdida de piezas dentales.