Redacción, 13-08-2020.- Desde el final del confinamiento, los servicios de urgencias pediátricas han observado cómo evolucionaba el tipo de accidentes domésticos con menores implicados. Primero fueron caídas, cortes y quemaduras que no llegaban al hospital y se curaban como podían en casa, salvo casos graves. Con el fin de las restricciones llegaron los primeros accidentes en patinete y bicicleta de menores sin casco, según El País.
“No existe un registro nacional actualizado sobre accidentes domésticos, pero lo que sí tenemos es información extraoficial de las urgencias de los hospitales, que al principio detectaron un aumento de la ingestión de tóxicos en los niños en etapa preescolar. Y es normal: cuando los padres tienen que teletrabajar, organizar comidas, limpieza, deberes… y hay niños pequeños en casa, en un despiste pueden explorar el botiquín o el armario donde guardamos los productos de limpieza. Todos estos accidentes son evitables: consiste en mirar con los ojos del niño y retirar de su vista y de su alcance cualquier producto tóxico”, plantea la doctora María Jesús Esparza, miembro del Grupo PREVInfad, de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Intoxicaciones y atragantamientos
Escamas de sosa cáustica, lejía y peligrosas pastillas de colores para el lavavajillas, que parecen caramelos, fueron algunos de los productos más peligrosos, que en algunos casos requirieron intervenciones quirúrgicas y lavado de estómago. La Sociedad Española de Urgencias Pediátricas, en su guía ‘Cómo actuar frente a un accidente infantil’ advierte de que en caso de intoxicación no se debe nunca provocar el vómito ni ingerir leche ni aceite. Al contrario de lo que se suele pensar, esto podría provocar una nueva quemadura al vomitar, o atragantamientos que pasan a las vías respiratorias.
Riesgos en el agua
Otro accidente doméstico estacional es la inmersión en agua, más frecuentes en verano, que puede provocar la muerte o graves secuelas neurológicas por la falta de oxígeno. La Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo ha alertado recientemente del aumento de los fallecimientos en medios acuáticos desde que se limitaron las restricciones de movilidad. En su último Informe Nacional de Ahogamientos se observa el riesgo de las zonas sin servicio de socorrismo y las piscinas privadas sin vigilancia. De 191 personas ahogadas de enero al 31 de julio en España, 12 menores fallecieron solo en julio. Para evitarlo, los expertos recomiendan la regla “10/20”: observar al menor en el agua cada 10 segundos y no estar a una distancia de más de 20 segundos, porque los niños pueden ahogarse en menos de medio minuto y en menos de seis centímetros de profundidad de agua en el caso de los bebés.