Redacción, 07-07-2020.- Superado el Estado de Alarma, estamos recuperando la vida normal. Esta “nueva normalidad” debe suponer la recuperación de hábitos de vida saludables que relajamos durante el confinamiento.
Desde la Sociedad Española de Arterioesclerosis (SEA), lanzamos cinco recomendaciones básicas para una vida cardiosaludable:
1-Deja de fumar. Entre marzo y mayo de 2020, el tabaquismo ha aumentado en España. La encuesta “Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento”, realizada por el Ministerio de Sanidad, asegura que el 85,70% de los fumadores habituales en España ha mantenido o aumentado su consumo coincidiendo con la pandemia, y solo un 6,73% ha dejado su hábito tabáquico en este mismo período.
2-Aliméntate bien. Como ya defendimos en el documento “Recomendaciones sobre el estilo de vida en la prevención cardiovascular”, presentado en 2019, la dieta mediterránea cuenta con las evidencias médicas más consistentes de beneficio cardiovascular.Una dieta variada, con gran protagonismo de frutas, verduras y legumbres, así como aceite de oliva virgen, lácteos, huevos y pescado, es el patrón alimentario recomendable. Y reduce al mínimo (si puede ser a 0) el consumo de carnes procesadas y, en general, de ultra procesados.
3-Consume alcohol solo ocasionalmente. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, durante las semanas de encierro en casa, las compras de cerveza han aumentado el 86,5%, las de vino el 73,4% y las de bebidas espirituosas el 93,4%.
4- Haz ejercicio. Durante el confinamiento, muchas personas se han lanzado a hacer ejercicio en casa, siguiendo rutinas y ejercicios a través de Internet. La OMS recomienda que los adultos sanos deben hacer a la semana al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada, bajo supervisión médica si fuera necesario.
5- Descansa adecuadamente. La ansiedad se ha disparado también con motivo de la cuarentena, tal y como ha publicado la prestigiosa revista médica The Lancet. Y uno de sus primeros efectos es la afectación del sueño y el descanso. Dormir bien regula nuestros niveles hormonales y reduce la presión arterial. Por lo contrario, dormir poco o mal aumenta el estrés y, con él, el riesgo de enfermedades cardiovasculares.