Redacción, 03-07-2014.- Aunque nadie puede predecir el momento exacto en el que el ictus o infarto cerebral se producirá, existen más de dos docenas de factores que hacen más probable que una persona lo sufra. La edad y los antecedentes familiares son algunos de los factores que no pueden modificarse, sin embargo existen trastornos médicos subyacentes sobre los que sí es posible hacer algo al respecto.
Según explica el doctor Thomas Lee, coeditor en jefe del boletín digital de noticias de la Universidad de Harvard sobre salud cardiovascular, «el ictus es potencialmente una de las enfermedades más devastadoras que podemos ver y es especialmente trágico cuando sólo realizando un buen cuidado de la presión sanguínea u otras medidas preventivas podría haberse evitado», señala.
Cuando ya se ha tenido un ictus o un mini-ictus, un ataque isquémico transitorio, reducir su riesgo es una necesidad. Sin embargo, señalan desde el blog de la institución estadounidense, demasiadas personas que han sufrido un ictus o ataque cardiaco no prestan atención a la advertencia.