Redacción, 12-05-2018.- La psicóloga Raquel García Zubiaga, del centro INAE, explica cuáles son los síntomas de una mala gestión de la propia imagen en los jóvenes y cómo pueden los familiares hablarlo y tratarlo con ellos, según ‘Top Doctors’.
La búsqueda de modelos en los que identificarse es un comportamiento común a lo largo de la historia, derivado de vivir en sociedad. “El problema surge cuando la necesidad de mostrar la intimidad en las redes sociales y de sobreexponerse para sentirse bien aumenta de forma continuada, haciendo depender tu felicidad de que te sigan o le guste a los demás lo que has publicado. Es como una adición más”. Según la doctora, esto puede desencadenar distorsión entre el ‘yo’ personal y el ‘yo’ que se decide mostrar, y puede llevar al adolescente a publicar contenidos inapropiados y más arriesgados que capten la atención de más seguidores. Las consecuencias: problemas de irritabilidad, falta de aceptación, carencia de empatía, tristeza o incluso de conducta o relacionales.
Según los expertos, es importante tener un papel activo en la educación en el uso de las RRSS de los niños desde edades tempranas. Para ello, los expertos de Top Doctors dan 6 consejos:
–Marcar límites desde el diálogo. ‘Siempre’, ‘jamás’, ‘todo’ o ‘nada’, son expresiones demasiado contundentes que debemos evitar al marcar ciertos límites en el uso de estos canales si queremos evitar que los más jóvenes se sientan atacados. El consenso con ellos la hora de establecer los límites también es fundamental.
–Un control moderado. Una vez que se han pactado los límites, es importante llevar un seguimiento de las fotos publicadas, de los seguidores y de las personas a las que siguen, así como el tiempo que pasan conectados, ya que estos parámetros son los principales indicadores de la gestión y uso que hacen de las redes.
–Enseñar dando ejemplo. Los padres son un espejo en el que los niños se miran, por ello es importante que vean en ellos cuál es el correcto manejo de las redes sociales. Si los padres se pasan horas en Internet, o sobreexponen su vida y la de sus hijos, éstos repetirán la conducta.
–Fomentar el ocio fuera de la tecnología. Debemos evitar que el niño sustituya ciertos aspectos de su vida cotidiana por el uso de las redes sociales. Es importante que los progenitores controlen que no se deja de lado áreas como los estudios por estar con el móvil o que deje de perder interés por actividades que anteriormente le gustaban.
–No dejar de lado los valores fundamentales. La familia es la fuente de la que parten valores como la tolerancia, honestidad o la empatía. Si inculcamos esta enseñanza, será más fácil evitar y abordar los problemas derivados del uso de las redes sociales.
–Trabajar de forma continua la autoestima. Reforzar la autoestima y la seguridad en uno mismo es fundamental para que las personas que exponen su vida en las redes sepan encajar mejor las posibles oscilaciones de influencia o las críticas.
Lo más importante es que los padres conduzcan a sus hijos en el correcto uso de estos canales a través de una comunicación entre ambas partes basada en el respeto, la empatía, el amor y la comprensión.