Redacción, 18-09-2020.- La fibrosis pulmonar idiopática (FPI) es una enfermedad pulmonar crónica, fibrosante y progresiva que sin tratamiento específico puede llegar a ser mortal en poco tiempo.Se trata de una enfermedad poco frecuente y desconocida, aunque afecta en España a más de 8000 personas. Para darla a conocer y favorecer su diagnóstico precoz, la Asociación de Familiares y Pacientes de Fibrosis Pulmonar Idiopática (AFEFPI) y Roche Farma han puesto en marcha, coincidiendo con la Semana Internacional de la FPI, la campaña Sonidos que Quitan la Respiración. La iniciativa, que cuenta con el aval de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), pretende llamar la atención sobre uno de sus signos característicos, los crepitantes, similar al del velcro al despegarse, que se percibe cuando se ausculta al paciente, incluso en fases muy tempranas de la enfermedad.
Tal y como recoge Roche, para lograr este objetivo, la campaña Sonidos que Quitan la Respiración cuenta con Álex Capilla, artista Foley encargado de recrear los sonidos en películas y series, que a través de diferentes métodos reproducirá este sonido tan característico que nos debe hacer pensar en FPI y derivar rápidamente al paciente para ser valorado por un neumólogo. En la actualidad, los pacientes de FPI tardan una media de 7 meses en ser diagnosticados desde el inicio de los síntomas y, en algunos casos, este retraso puede alcanzar los dos o tres años.
El presidente de FEDER y su Fundación, Juan Carrión, insiste en la importancia de dar a conocer la FPI y sus principales síntomas tanto entre los profesionales de Atención Primaria como entre los neumólogos no especializados en la enfermedad. “Es fundamental que los profesionales sanitarios conozcan la patología para ayudar a que se diagnostique en sus primeras fases. Como en la mayoría de las enfermedades raras, en la FPI, en muchos casos el diagnóstico llega tarde. Y es que, casi la mitad de las personas con enfermedades poco frecuentes han sufrido un retraso de más de cuatro años. Es importante adoptar medidas para evitar este retraso perjudicial para el paciente, añade.