Redacción, 15-05-2014.- La infertilidad puede estar ocasionada por cualquiera de los distintos tratamientos oncológicos como es el caso de la quimioterapia, radioterapia o cirugía.
La incidencia de cáncer aumenta cada vez más. La tasa de supervivencia, sobre todo en niñas y adolescentes con cáncer, se ha incrementado en los últimos treinta años.
Las mujeres sufren en gran medida las consecuencias de los tratamientos para el cáncer. La radioterapia y la quimioterapia producen una disminución de la función ovárica o, incluso, su anulación. De hecho, se estima que el 42 por ciento de las niñas o mujeres jóvenes que reciben quimioterapia y radioterapia tienen alguno de estos problemas. Preservar la fertilidad de las pacientes a las que se les diagnostica un cáncer debería ser una cuestión a tener en cuenta desde el mismo momento del diagnóstico.
Hemos consultado con el Equipo IVI y existen diversas opciones para que una mujer pueda tener hijos después de la enfermedad aunque el tratamiento haya afectado a su fertilidad. Por un lado, la criopreservación de ovocitos o vitrificación consiste en congelar los ovocitos después de haber realizado una estimulación ovárica. La gran ventaja de esta opción es que permite a la mujer tener hijos unos años después de congelarlos.
Otra opción es la criopreservación de tejido ovárico. Con esta técnica se consigue preservar la fertilidad y la función hormonal ovárica. Consiste en la extracción mediante cirugía laparoscópica de la “corteza” de uno de los dos ovarios, para ser congelada posteriormente. Cuando la paciente se cura, esta “corteza” puede ser reimplantada en el mismo sitio del que se obtuvo.
Pero también hay otras opciones antes del tratamiento. La transposición quirúrgica de los ovarios se realiza para evitar la exposición directa de los ovarios a la radioterapia y puede ser llevada a cabo por ginecólogos entrenados en cirugía laparoscópica.
Después, si no se han criopreservado óvulos o tejido ovárico previo al tratamiento las opciones dependerán de cada situación. En primer lugar, con medios naturales, la recuperación ovulatoria normal supone la situación óptima, aunque desgraciadamente no es la más frecuente, ya que no supera habitualmente el 20-30 por ciento de los casos. En esa circunstancia, lo más adecuado es tratar de obtener una gestación por medios naturales.
En segundo lugar contamos con la reproducción asistida. Si se recupera la función de los ovarios pero la reserva ovárica es escasa, las probabilidades de lograr un embarazo de forma natural se reducen. En estos casos, y antes de comenzar a realizar tratamientos de reproducción asistida, es conveniente realizar un estudio exhaustivo de la función ovárica para valorar las posibilidades de embarazo.
En tercer lugar y en el caso de que la función ovárica no se recuperase, cabe destacar la donación de óvulos. Una excelente alternativa ya que el útero no se va a ver lesionado con la quimioterapia ni con la radioterapia. Así que esto es lo que hay.
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