Sin embargo, la llegada de las vacaciones estivales puede modificar el ritmo de vida habitual. Según la Asociación Visión y Vida, existen tres factores que comprometen más a la salud visual: el consumo excesivo de azúcar, la alimentación grasa o una dieta pobre en ciertas vitaminas.
«El exceso de azúcar en nuestra dieta afecta no solo al sistema vascular, sino que puede ser causa de cataratas, y está asociado a problemas visuales en determinadas personas, como los diabéticos», explica la doctora en biología Mercedes Aguirre.
–Agosto es tiempo de frutas y verduras. Tanto para mejorar la salud visual como para proteger el resto del organismo, en época de sol es muy importante el consumo de frutas rojas o moradas, como las fresas, los arándanos y las uvas, y las naranjas, como el melocotón, la naranja o la nectarina.
-Para beber, nada mejor que agua. Es importante evitar que los niños consuman muchas bebidas gaseosas o azucaradas. Mejor sustituirlas por zumos naturales.
–En la playa, disfrutar de los alimentos que ofrece el mar. Pescados como el atún, la sardina o la anchoveta poseen grandes cantidades de DHA, una grasa omega3 presente en la mácula en un porcentaje del 55 por ciento. Ayuda a disfrutar de una visión nítida y promueve el correcto funcionamiento de la retina.
-El pan, mejor integral. Tiene menos azúcar que el pan refinado y nos ofrece el aporte de fibra necesario. Además, es importante evitar el consumo de bollería industrial o golosinas, ya que afectan de manera directa al sistema visual.
–Si no dejan de utilizarse las pantallas, hay que protegerse. La Sociedad Española de Oftalmología destaca que la vista realiza un esfuerzo adicional para mantenerse enfocada en un objeto que se encuentra a una distancia corta.
-Para proteger desde la infancia la retina, los minerales. El zinc es muy abundante en la retina, ya que cumple funciones de soporte imprescindibles. Alimentos como la ternera, las espinacas o los garbanzos y el arroz pueden ayudar a completar la dieta.