Redacción, 02-04-2021.- Suplementar la dieta materna con betaína (un nutriente que se encuentra en diferentes alimentos como los cereales integrales, las espinacas, la remolacha o la quinoa y que además está presente de forma natural en la leche materna) durante la lactancia podría disminuir el riesgo de obesidad infantil.
Esta es la principal conclusión del estudio en el que han participado investigadores del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) junto con el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu y el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, publicado en la prestigiosa revista Science Translational Medicine, perteneciente al grupo Science.
Preservar la salud de los más pequeños es clave para tener unas comunidades y sociedades más sanas en el futuro.
Una de las mayores amenazas para la salud de los niños es el sobrepeso y la obesidad, que afecta en España alrededor del 41% de los niños y niñas de entre 6 y 9 años. A nivel mundial, más de 41 millones de niños menores de 5 años presentan sobrepeso u obesidad, según rercoge CIBEROBN.
Además, la obesidad y el sobrepeso infantil son factores de riesgo muy importantes para el desarrollo de otras enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares durante la edad adulta, impactando negativamente en la calidad y la esperanza de vida de la población.
«Los períodos gestacional y postnatal definen de manera importante la susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas en edad adulta. En particular, el periodo de lactancia materna es una ventana de oportunidad para intervenciones nutricionales con el objetivo de reducir el riesgo de obesidad infantil», explica Carles Lerín, coordinador del estudio y líder del grupo Enfermedades metabólicas de origen pediátrico (IRSJD).