Redacción, 09-02-2015.- La leche materna es el alimento ideal para los recién nacidos al aportar todos los nutrientes que necesitan para un desarrollo sano; esta demostrado que es inocua y contiene anticuerpos que ayudan a protegerles de enfermedades frecuentes de la infancia como la diarrea y la neumonía.
A estos beneficios, de sobra conocidos, se suman tres nuevos que hasta ahora desconocimos. Según se ha podido demostrar una reciente investigación, la lactancia materna en exclusiva en la dieta de un bebé durante los primeros meses de vida tiene una influencia muy positiva en la composición, diversidad y estabilidad del microbioma intestinal.
El estudio, que se publica este jueves en ‘Frontiers in Cellular and Infection Microbiology’, esta realizado por investigadores de la Escuela de Medicina y la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Carolina del Norte (UNC, por sus siglas en inglés), en Chapel Hill, Estados Unidos, y viene a señalar que esta triple influencia beneficiosa se traduce en que la lactancia materna prepara el vientre del bebé para los alimentos sólidos y protege de problemas estomacales.
A su vez, influyen en la capacidad del bebé para la transición desde la leche a los alimentos sólidos y pueden tener efectos sobre la salud a largo plazo. «Hemos encontrado que los bebés que son alimentados exclusivamente con leche materna tienen las comunidades microbianas que parecen más preparadas para la introducción de alimentos sólidos», subraya Andrea Azcarate-Peligro, profesora asistente en el Departamento de Biología Celular y Fisiología y autora principal del estudio.
Al parecer, la transición a los sólidos es mucho más dramática para el microbioma de los bebés que no son amamantados exclusivamente. «Creemos que el microbioma de los bebés que no son amamantados exclusivamente podrían contribuir a más dolores de estómago y cólicos», explica.