Redacción, 10-03-2014.- Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Georgetown, en Washington, Estados Unidos, han descubierto y validado un análisis de sangre que puede predecir con más de un 90 por ciento de exactitud si una persona sana va a desarrollar deterioro cognitivo leve o la enfermedad de Alzheimer en tres años.
Descrita en la edición de este domingo de la revista ‘Nature Medicine’, la investigación anuncia la posibilidad de desarrollar estrategias de tratamiento para la enfermedad de Alzheimer en una etapa anterior, cuando la terapia sería más eficaz para retardar o prevenir la aparición de los síntomas.
Es la primera vez que se informa de la existencia de biomarcadores sanguíneos del Alzheimer preclínico. La prueba, que identifica diez lípidos o grasas en la sangre que predicen el inicio de la enfermedad, podría estar lista para su uso en estudios clínicos en tan sólo dos años y, según los investigadores, es posible que tenga otros usos de diagnóstico.
«Nuestra prueba de sangre ofrece la posibilidad de identificar a las personas en situación de riesgo de deterioro cognitivo progresivo y puede cambiar la forma en la que los pacientes, sus familias y los médicos tratan, planifican y manejan el trastorno», afirma uno de los autores del estudio, Howard J. Federoff, profesor de Neurología y vicepresidente ejecutivo de Ciencias de la Salud en Georgetown.
Actualmente, no existe una cura o un tratamiento efectivo para la enfermedad de Alzheimer, de forma que, a nivel mundial, alrededor de 35,6 millones de personas tienen la enfermedad y, según la Organización Mundial de la Salud, el número se duplicará tras 20 años hasta los 115,4 millones de personas con Alzheimer en 2050.
Federoff señala que se han hecho muchos esfuerzos para desarrollar fármacos que frenen o reviertan la progresión del Alzheimer, pero todos ellos han fracasado, a su juicio, porque el fármaco se probó demasiado tarde en el proceso de la enfermedad, entre otras cuestiones.
«El estado preclínico de la enfermedad ofrece una oportunidad para intervenir a tiempo en la enfermedad -destaca Federoff–. Biomarcadores como los nuestros, que definen este periodo asintomático, son críticos para que el desarrollo y la aplicación de estas terapias tengan éxito».
«Creemos que nuestros resultados son un paso importante hacia la comercialización de una prueba de biomarcadores de la enfermedad preclínica que podría ser útil para el cribado a gran escala con el fin de identificar individuos en riesgo», augura Federoff. «Estamos diseñando un ensayo clínico en el que vamos a utilizar este listado para identificar a las personas en alto riesgo de Alzheimer con el fin de probar un agente terapéutico que pueda retrasar o prevenir la aparición de la enfermedad», concluye.
.