Redacción,- 24-02-2020.- Una investigación liderada por el doctor Jordi Miró, coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor Infantil de la Sociedad Española del Dolor (SED), ha analizado las características de las unidades y programas especializados para el tratamiento de la población infantojuvenil con dolor en ocho hospitales de referencia en España, y ha puesto de manifiesto que la formación específica y la investigación del dolor infantil son las grandes asignaturas pendientes.
Tal y como refleja la SED, la encuesta refleja que todas las unidades tratan a una gran diversidad de pacientes: el 75% padece dolor crónico y un 88% sufre cualquier tipo de dolor no oncológico. Los dolores que se tratan con mayor frecuencia son el musculoesquelético, el neuropático y el dolor por espasticidad.
El estudio también muestra que los programas de tratamiento del dolor infantojuvenil son principalmente farmacológicos, incluso en los casos en los que el dolor es crónico. Así, el 100% de las unidades estudiadas emplean los bloqueos con anestésicos locales para los tratamientos médicos, mientras que los farmacológicos más utilizados fueron paracetamol, ibuprofeno, fentanilo, amitriptilina, gabapentina y benzodiacepinas.
En cuanto al tratamiento de rehabilitación física y fisioterapia, destaca la estimulación eléctrica transcutánea (TENS), presente en todas las unidades, y la terapia cognitivo-conductual en los tratamientos psicológicos, que no todas las unidades ofrecen.
En relación a la labor de los directores de las unidades analizadas, además de las propias de las unidades, también está la sensibilización destinada a la sociedad en general y a los profesionales del sector sanitario. El 88% contribuye con la primera y el segundo se da en el 75% de las mismas.
Sobre la investigación, el 75% de los encuestados considera este punto es primordial, pero en la práctica no se materializa, ya que el 50% de las unidades no había publicado nada relacionado con el dolor en los últimos cinco años. Por otro lado, únicamente el 25% contribuye a la formación en investigación sobre el dolor, siendo MIR (88%) quienes más reciben estos programas, siendo más habitual en residentes de anestesiología y enfermería.