Redacción.- Seguir una dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en grasas vegetales como el aceite de oliva virgen extra o frutos secos no conduce a un aumento de peso significativo en comparación con una dieta baja en grasa. Esta es la principal conclusión de un amplio estudio aleatorizado que publicó ayer la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology. El estudio sugiere que las directrices actuales de la salud que recomiendan una dieta baja en grasas y en calorías crean un miedo innecesario a las grasas saludables presentes en la dieta mediterránea, con conocidos beneficios para la salud.
«Durante más de 40 años, la política nutricional ha abogado por una dieta baja en grasa, pero estamos viendo poco impacto en el aumento de la obesidad», asegura el autor principal del estudio, el Dr. Ramón Estruch, investigador del CIBEROBN en el Hospital Clínic y la Universidad de Barcelona. Además añade, «nuestro estudio muestra que una dieta mediterránea rica en grasas vegetales, como el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos, tuvo poco efecto sobre el peso corporal o la circunferencia de la cintura en comparación con las personas que siguen una dieta baja en grasa. La dieta mediterránea tiene beneficios para la salud conocidos e incluye grasas saludables, tales como aceites vegetales, pescado y frutos secos”. En este sentido, el investigador aclara que “por supuesto, nuestros hallazgos ciertamente no implican que las dietas sin restricción y con altos niveles de grasas no saludables, como la mantequilla, la carne procesada, bebidas azucaradas, postres o comidas rápidas, sean beneficiosas».
Para tratar y prevenir la obesidad recomienda seguir una dieta baja en grasas y el aumento de la actividad física, y muchas organizaciones de salud como la OMS recomienda que las grasas no aporten más de un 30 por ciento de la ingesta total de energía.