Redacción, 28-07-2015.- Hay sitios donde el paso del tiempo es totalmente reversible. En un mes, se puede viajar desde la madurez hasta la juventud casi absoluta de un embrión. Lo más sorprendente es que ese viaje lo hacen células humanas como las que componen cualquiera de nuestros órganos. Pero todo esto solo es posible en un laboratorio de biología molecular adecuado. En 2006, indica el diario El País, el japonés Shinya Yamanaka logró por primera vez esa reprogramación celular, por la que ganó un Nobel en 2012.
Desde entonces, se ha comprobado que aplicar esa investigación para retrasar el envejecimiento y las dolencias que lleva consigo es una labor titánica, en parte porque la vida se rebela contra estos intentos de viajar a contracorriente. Uno de los casos más llamativos es el de las células de personas mayores, que no pueden ser reprogramadas hasta su estado embrionario. Ahora, un equipo de investigadores en España y EE UU ha conseguido salvar ese escollo y de paso ha descubierto una forma de revertir el envejecimiento acelerado.
Su trabajo se ha centrado en el estudio de enfermos de progeria, una enfermedad muy rara que hace envejecer a las personas unas ocho veces más rápido de lo normal. Muchos mecanismos que regulan esa senectud acelerada son los mismos que en personas sanas, por lo que la progeria se convierte en un excelente campo de batalla para conseguir tratamientos que alivien o detengan los efectos del envejecimiento en general.
En un estudio publicado hoy en Nature Cell Biology, el equipo, liderado por Carlos López-Otín, investigador de la Universidad de Oviedo, describe la acción de una molécula que frena el envejecimiento tanto en células de pacientes con progeria. Cuando el equipo le da esta molécula a ratones con un síndrome similar, su esperanza de vida se duplica.