Redacción, 10-08-201.- Parece que el verano invita a lucir más las uñas pintadas, tanto en las manos como en los pies y cada vez más mujeres descartan la opción convencional para probar los famosos geles e incluso las lámparas de secado ultravioleta (UV). Las nuevas opciones intentan mejorar la estética de los resultados, pero ¿son totalmente seguras?
Hace unos ocho años, explica Laura Tardón en El Mundo, los especialistas alertaron acerca del uso de componentes tóxicos en los esmaltes y los adhesivos que se utilizan para colocar las uñas postizas. Hablaban del ‘trío tóxico’ que incluían hasta las mejores marcas: formaldehído -utilizado como agente de endurecimiento-, tolueno -para suspender de manera uniforme el el color- y ftalato de dibutilo (DBP) -para añadir flexibilidad y brillo-.
Desde entonces, muchas empresas han retirado voluntariamente estos compuestos, aunque, como demuestra una investigación hecha pública en 2012, del departamento de control de sustancias tóxicas de California, algunas compañías, simplemente cambiaron sus etiquetas sin dejar de usar dichas sustancias. En Europa, el uso del DBP en productos cosméticos está directamente prohibido. Al igual que otros tipos de ftalatos, explican los expertos, han sido relacionados con daños en el sistema reproductivo y con un aumento del riesgo de padecer asma y cáncer. Sin embargo, la FDA no ha tomado ninguna medida al respecto.