Redacción, 13-01-2014.- Administrar a un niño un probiótico durante los tres primeros meses de vida parece reducir la aparición de trastornos gastrointestinales y está relacionado con costos más bajos, según un estudio realizado por Flavia Indrio, de la Universidad de Aldo Moro de Bari, en Italia, y sus colegas, y publicado en ‘JAMA Pediatrics’.
El cólico infantil, reflujo ácido y estreñimiento son los trastornos gastrointestinales más comunes que llevan al pediatra a los bebés durantes los seis primeros meses de vida. A menudo, son responsables de la hospitalización, los cambios de alimentación, el uso de fármacos, la ansiedad de los padres y la pérdida de días de trabajo de los progenitores, según información de fondo del estudio.
Los autores asignaron al azar 554 recién nacidos en nueve Unidades de Pediatría en Italia al probiótico ‘Lactobacillus reuteri DSM 17938’ (L reuteri DSM 17938) o placebo durante 90 días y se les pidió a los padres que registraran en un diario la cantidad de episodios de vómitos y evacuaciones (vaciado de intestinos), la duración del llanto inconsolable y el número de visitas pediátricas.
Durante un periodo de tres meses, se midieron los cambios en el tiempo de llanto diario, el vómito, el estreñimiento y el costo-beneficio de la utilización de suplementos de probióticos. A los tres meses de edad, la duración media del tiempo de llanto (38 frente a 71 minutos), las regurgitaciones (2,9 frente a 4,6) y las evacuaciones por día (4,2 frente 3,6) difería en los grupos de probióticos y placebo, respectivamente. El uso de prebióticos también se asoció con un ahorro de casi 119 euros (87 euros) por paciente en cada familia.
«Promover un cambio de la colonización durante las primeras semanas de vida a través de la administración de lactobacilos puede promover una mejora de la permeabilidad intestinal, sensibilidad visceral y la densidad celular. La administración de probióticos puede representar una nueva estrategia para la prevención de estos problemas, por lo menos en los niños predispuestos», concluyen los autores.