Redacción, 08-01-2014.- Los profesionales sanitarios advierten sobre la necesidad de una correcta educación entre niños y jóvenes para prevenir posibles problemas de adicción a las nuevas tecnologías, especialmente a los smartphones, que junto con las redes sociales han propiciado una mayor comunicación, pero que, por otro lado, conllevan el riesgo de padecer nomofobia. Así se ha definido un problema que ha brotado en el siglo XXI como la mala hierba y que es especialmente preocupante entre los más jóvenes, la dependencia al móvil. La nomofobia, dicen los expertos, es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término es una abreviatura de la expresión inglesa «no-mobile-phone phobia».
Pero, ¿cómo se sabe cuándo el uso del teléfono móvil se convierte en una enfermedad? Según varios expertos consultados, los síntomas de la nomofobia son similares a los de cualquier otro tipo de adicción, es decir, que se establece una fuerte dependencia entre la persona y el objeto que implica un trastorno, producto del uso excesivo o problemático, en este caso, de Internet o las denominadas nuevas tecnologías, y que que llega a interferir en la vida cotidiana. Además, la nomofobia se manifiesta con síntomas como ansiedad, malestar general, enfado o inquietud, negación, ocultación o minimización del problema, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima.
Cabe destacar que la gran mayoría de los afectados no son conscientes del problema que sufren, aunque las cifras son realmente preocupantes. Según una reciente encuesta publicada por OnePoll y realizada entre la población británica, el 66 por ciento sufre nomofobia. Es más, según el estudio, el grado de dependencia es tan acusado que el 41 por ciento de los usuarios del país británico posee dos teléfonos o más para “estar permanentemente contectado”.
Por otra parte, una investigación sobre seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles por los menores españoles, elaborado por INTECO y Orange, reveló que los menores españoles se inician en el uso de estos dispositivos a la temprana edad de diez años y que el 82,3 por ciento usa su móvil para hacer y enviarfotografías. Además, el 4,8 por ciento reconoce que su imagen ha sido difundida por otros sin haber prestado consentimiento.
¿Cuándo existe dependencia al móvil?
• Sentir ansiedad cuando no se puede utilizar.
• Tener dificultad para separarse del teléfono, guardarlo o apagarlo.
• El móvil comienza a interferir en las actividades cotidianas.
• Utilizar el móvil mientras se habla con otra persona que sí está presente.
• “Chatear” por el móvil hasta altas horas de la noche, llegando a modificar el hábito del sueño.
• Hacer uso del teléfono aún cuando no es apropiado o es peligroso.
• El móvil empieza a ser un escenario mejor para resolver problemas afectivos.
• Sentirse más cómodo comunicándose a través del móvil que en persona.
• Pagar facturas elevadas.
• Comenzar a sentir estrés, irritabilidad, cansancio, alteraciones delsueño y alteraciones emocionales, aunque no se asocien al teléfono.