Redacción, 01-10-2018.-Las escuelas continúan siendo uno de los escenarios más habituales de casos de violencia y sufrimiento. Las burlas, los golpes o la exclusión son las manifestaciones más comunes de estos actos en el entorno escolar. La comunidad educativa ha trabajado con la finalidad de concienciar tanto a los padres, los alumnos y los profesores de la necesidad de identificar e intervenir en estas situaciones, según recoge Brains International Schools.
“Para prevenir es necesario educar en la no violencia y procurar consolidar el lazo de comunicación con nuestros hijos. Es un trabajo paulatino que empieza en casa y se fortalece en las aulas” explica Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools. “Las escuelas son uno de los principales espacios de socialización, donde no solo se va a adquirir conocimientos, sino a aprender a convivir y a respetarnos”, añade la psicóloga. A continuación Herrero muestra cinco consejos para prevenir el acoso escolar:
- Comunicar o solidarizarse con la víctima ante un acto violento. Ser testigo y callar también nos convierte en agresores pasivos de un acto de violencia o acoso, por ello es imprescindible enseñarles a manifestar su desacuerdo sin miedo y a empatizar con el compañero que haya sido denigrado.
- Estar alerta ante cualquier cambio de conducta o estado emocional del niño. Estas pueden ser las primeras reacciones ante algún episodio violento que las víctimas prefieren ocultar y lo manifiesta a través del aislamiento, desánimo o miedo.
- Incentivar una buena comunicación para crear un ambiente de confianza y que los niños tengan una mayor facilidad en el momento de compartir sus problemas. De este modo, no solo los padres serán partícipes de lo que suceda, sino también tendrán la oportunidad de orientarle y aconsejarle sobre qué hacer ante este tipo de situaciones.
- Una buena autoestima hace que un niño sea capaz de aceptarse a sí mismo y posteriormente aprenda a potenciar sus puntos débiles.
- Enseñarle a resolver problemas a través de nuestras experiencias. Compartir nuestros problemas y cómo los hemos afrontado les ayudará a saber qué hacer y a sentir que no están solos.