Las varices forman parte de una enfermedad más global denominada Enfermedad Venosa Crónica, donde la carga genética es muy importante.
«Es bastante frecuente que los pacientes nos relaten que alguno de sus padres, hermanos u otros familiares, padecen o han padecido de varices. Sin embargo, además de la herencia, otros factores como los hormonales y la postura (hay profesiones más propensas) también influyen«, asegura el doctor Agustín Arroyo Bielsa, Jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Valle del Henares.
La Enfermedad Venosa Crónica es muy frecuente en la población. Todos los estudios epidemiológicos que se han hecho en España indican que hasta un 60-70% de la población tiene algún tipo de signo o síntoma, aunque, por supuesto, en la mayoría de los casos son leves.
La Enfermedad Venosa Crónica se suele clasificar en 6 estadios, de C1 a C6; donde C1 hace referencia a las varices estéticas o arañas, y C2 a las varices médicas o tronculares.
Estas varices médicas, generalmente secundarias a una insuficiencia de las válvulas de la vena safena, deben tratarse por varias razones básicamente:
– Pueden generar síntomas más o menos molestos como dolor, pesadez, hormigueo, calor, hinchazón de tobillos, picor, etc.
– Pueden desarrollar complicaciones agudas con tromboflebitis o trombosis venosa.