Redacción, 12-11-2021.- Las proteínas son un elemento nutricional indispensable para cualquier ser humano, especialmente por las diferentes funciones que cumple el organismo. Entre otras cuestiones, ayudan a ‘fabricar’ células, tejidos, enzimas, hormonas o neurotransmisores.
Tal y como recoge Tododisca, desde ‘Centro Médico – Quirúrgico de Enfermedades Digestivas’ explican que las proteínas son claves en la estructura nutricional de cualquier persona porque participan en la formación de todo tipo de tejidos.
Por otra parte, el organismo necesita un aporte diario de proteínas, ya que no tiene la capacidad de almacenar estos nutrientes con la misma facilidad que ocurre con grasas o azúcares.
En este sentido, dentro de los tipos de proteínas que podemos consumir a través de la alimentación distinguimos dos grandes tipos. Por un lado, las proteínas de origen animal y por otro las proteínas de origen vegetal.
Diferencias entre origen animal y origen vegetal.
Las de origen animal son consideradas en la nutrición como proteínas completas, debido a que aportan al organismo todos los aminoácidos esenciales que requiere. Sin embargo, la mayoría de proteínas procedentes de origen vegetal no contienen todos esos aminoácidos esenciales.
Pérdida de masa muscular
No obstante, algunos vegetales como las legumbres se les atribuye la capacidad de aportar todos los aminoácidos esenciales que requiere el organismo, o prácticamente todos.
Las proteínas de origen animal se encuentran en todo tipo de carnes, pescados, mariscos, huevos o incluso algunos productos lácteos. Mientras tanto, las de origen vegetal se hallan en legumbres, champiñones, frutos secos, espirulina, algas, alubias, trigo, centeno, maíz, amaranto, avena, nueces, almendras, anacardos o semillas.
Indicaciones de la falta de proteínas
No contar con unos niveles adecuados de proteínas puede ser perjudicial para la salud. Por fortuna, es una situación poco común entre la población, pero pueden darse en casos de malnutrición, presencia de una enfermedad concreta o seguir una dieta deficiente en cuanto a su valor nutricional se refiere.
Si bien, cuando existe deficiencia de proteínas, el organismo tiende a advertir de esta situación a través de diferentes señales. Así, estos son los signos más comunes de la falta de proteínas en el organismo:
- Caída del cabello y uñas que se rompen.
- Sangrado de encías y debilitamiento de la dentadura.
- Defensas bajas e infecciones más frecuentes.
- Riesgo de anemia.
- Pérdida de eficacia en los sentidos.
- Aumento de enfermedades digestivas, como la gastritis o gastroenteritis.
- Pérdida de masa muscular.
- Aparición de osteoporosis.
- Aumento del riesgo de fallo orgánico.
- Fallos en el sistema hormonal y en la correcta fabricación de enzimas.