Redacción, 02-10-2022.-Con motivo de la vuelta al cole, desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega recuerdan que el aumento de las tareas académicas, el retorno de las actividades extraescolares y el incremento de horas frente a las pantallas son algunos aspectos que contribuyen a acentuar las molestias oculares en situaciones cotidianas.
Entre su nacimiento y su llegada a la madurez, los niños viven una transición desde la escasa agudeza visual de un recién nacido hasta el desarrollo de la visión binocular y de la percepción de la profundidad.
“Esta es razón suficiente para que los padres y los profesores deban estar pendientes de los problemas oculares que pueden aparecer, aunque los pequeños no se quejen”, afirma la Dra. Lucía Fernández-Vega, responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabología del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
Situaciones en las que debemos prestar atención
El dolor de cabeza frecuente, la hipersensibilidad a la luz, frotarse mucho los ojos, guiñarlos de forma continuada o el parpadeo en exceso son síntomas y actitudes que pueden denotar episodios relacionados con defectos de refracción o con problemas de corrección óptica. En consecuencia, pueden estar alertando de una de las tres patologías visuales más comunes en la infancia: miopía, hipermetropía y astigmatismo.
En el caso de la miopía, que produce una visión borrosa y poco nítida de todo lo que se encuentra a una distancia lejana, puede darse como fatiga visual, confusión entre palabras y renglones, dificultad para seguir lo que está escrito a cierta distancia o incapacidad para reaccionar ante expresiones faciales de rostros lejanos.