Redacción, 01-06-2023.- Ruth Serrano (Ávila, 43 años) no recuerda el día que le diagnosticaron la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) -tenía apenas unos meses-, pero sí tiene recuerdos de cómo ha sido crecer con esta patología crónica. La inflamación del intestino en varios puntos puede provocar incluso síntomas incapacitantes, “que paralizan la vida de quien la padece”, describe Serrano.
“Implica tener mucha conciencia y responsabilidad sobre tu salud. Imagina siendo un niño o un adolescente; condiciona tu desarrollo físico y social”, apunta.
Tal y como recoge El País, afortunadamente, en las dos últimas décadas se han producido grandes avances en la lucha contra la EII, que engloba dos patologías mayoritarias: enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
“La creación de unidades especializadas para tratar la EII y el desarrollo de nuevos medicamentos han permitido un mayor control de la enfermedad y mejorar nuestra calidad de vida”, cuenta Serrano, que hoy ejerce como directora general de la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa (ACCU).
Una enfermedad provocada por una alteración del sistema inmunitario
Como explica Virginia Matallana, médica especialista en aparato digestivo y EII en el Hospital Universitario La Luz (Madrid), la EII es una enfermedad inmunomediada, es decir, originada por alteraciones del sistema inmunológico:
“Se suele dar cuando somos más jóvenes porque nuestro sistema inmunitario está más activo, pero también puede aparecer en edades más avanzadas”, aclara la facultativa.
Algunos de los síntomas comunes para la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son: diarrea, sangre en las heces, cansancio, dolor abdominal, pérdida de apetito, pérdida de peso y fiebre. En el caso de la enfermedad de Crohn, dependerá de la parte afectada, pero se puede manifestar también de manera extraintestinal con lesiones en la piel y dolores articulares.