Redacción, 01-11-2021.- El pasado viernes 29 de octubre se celebró el Día Mundial del Ictus, una enfermedad grave que puede causar la muerte y que puede ocasionarse por diferentes motivos. Incluso, diferentes estudios aseguran que tener colesterol alto es un factor de riesgo de ictus.
Tal y como recoge Tododisca, el colesterol es una sustancia indispensable para el correcto funcionamiento del organismo. Sin embargo, niveles elevados pueden ser perjudiciales para la salud, principalmente por suponer un incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular y también de infarto cerebral o ictus.
El ictus es conocido comúnmente como infarto cerebral, y se trata de una enfermedad cerebrovascular. Así, esta patología aparece cuando se produce una rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo, provocando una reducción del flujo sanguíneo hasta el cerebro.
Colesterol e ictus
Con todo ello, el exceso de colesterol en sangre puede incrementar el riesgo de experimentar un ictus o un infarto de miocardio, especialmente en aquellos pacientes que presentan un riesgo cardiovascular elevado
Así, los expertos en la materia apuestan por potenciar la información en pacientes con colesterol elevado, con el objetivo de reducir el riesgo de desarrollar un ictus.
«La ausencia de síntomas dificulta la adherencia al tratamiento hipolipemiante a largo plazo. De ahí la trascendencia del médico en explicar al paciente el importante papel que juega la hipercolesterolemia en el desarrollo de futuros problemas cardiovasculares y cómo el tratamiento reduce dicho riesgo». Así, lo asegura el doctor Carlos Lahoz, de la Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular del Hospital Carlos III de Madrid; tal y como recogen desde Daiichi-Sankyo.
Uno de los grandes problemas que siguen ocurriendo en la actualidad es que un elevado porcentaje de pacientes con enfermedad cardiovascular aterotrombótica (ECVA) tiende a relativizar la importancia del colesterol con el paso del tiempo.
En este sentido, existen diferentes trabajos de investigación que demuestran que entre uno y dos años después de sufrir un ictus, prácticamente la mitad de los pacientes han dejado el tratamiento destinado a reducir los niveles de colesterol.