Redacción, 10-08-2022.- Durante la realización de actividad física la temperatura corporal se ve aumentada y esto, sumado al calor característico del verano, puede resultar un peligro para la salud.
Por ello, tal y como recoge Sanitas, es importante prestar atención a los signos y conocer los síntomas que pueden ocasionar la subida de las temperaturas.
Entre estos se encuentran los calambres musculares, la fatiga, el dolor de cabeza, náuseas y vómitos, mareos o aturdimiento, presión arterial baja, aumento de la frecuencia cardíaca o problemas de visión.
Recomendaciones a seguir:
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Fundamental prevenir la deshidratación.
Hay que reponer líquidos constantemente, ya que con la actividad física se pierde aún más agua que en otras épocas del año a través del sudor. El agua, un aumento en el consumo de verduras y frutas y las bebidas isotónicas en ejercicio de larga duración o de alta intensidad no deben faltar.
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Tener en cuenta las horas de más calor.
Se recomienda realizarlo en las primeras horas de la mañana o al atardecer, evitando por lo tanto hacerlo entre las 12:00 y las 17:00 horas.
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Ojo con los lugares cerrados.
Si por el contrario se entrena en lugares cerrados, estos deben ser frescos y estar bien aislados. Una zona cerrada y con mucha humedad puede provocar un aumento de calor muy rápido y ser peligrosa, por lo que es mejor evitar este tipo de espacios durante los meses de verano.
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Escoger la vestimenta y calzado adecuado.
Que facilite la circulación de aire en su interior y la transpiración. Además, es indispensable utilizar protección solar para evitar quemaduras en la piel.
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La práctica de ejercicio físico es esencial para un estilo de vida saludable.
En verano es necesario tener en cuenta los factores ambientales, como el calor, la humedad o la contaminación, y actuar con precaución, cambiando algunas de las rutinas, para no correr riesgos innecesarios.