Redacción, 24-07-2024.- El dermatólogo del Hospital Ribera Juan Cardona, Óscar Suárez, recomiendan una exposición progresiva y en horas del día donde el sol no incida con más fuerza para adaptar nuestra piel al sol durante las vacaciones y evitar no solo las dañinas quemaduras solares, sino problemas dermatológicos a largo plazo derivados de una inadecuada protección.
“Idealmente, la exposición solar debería ser progresiva para favorecer un ligero bronceado de la piel y evitar así las quemaduras solares, ya que éstas, especialmente si son repetidas, aumentan el riesgo de tener un cáncer de piel. La fotoprotección tiene tres pilares siendo el más conocido el uso de los llamados fotoprotectores. Otros dos puntos muy relevantes son: evitar las horas centrales del día teniendo presente el tipo de piel que uno tiene (fototipo) y la fotoprotección física mediante el uso de sombrero /gorro, camisetas, o la sombra de un buen árbol, sombrilla o similar”, asegura.
El dermatólogo desmiente categóricamente la teoría del ‘callo solar’, una tendencia viral que trata de convencer a la población de que cuanto más tomes el sol, más resistente se hace tu piel a los rayos UV.
Tal y como recoge Ribera, a la hora de elegir el fotoprotector adecuado, debemos tener en cuenta varios factores como la zona geográfica en la que nos encontremos, las condiciones climáticas y momento del día y tiempo que vamos a estar expuestos.
“La fotosensibilidad es una reacción anormal a la exposición solar en las zonas expuestas a la luz al estar tomando un determinado medicamento. La lista de medicamentos que pueden producir fotosensibilidades amplia, pero con algunos el riesgo es más alto (ejemplos serían la doxiciclina, un tratamiento oral de uso frecuente para el acné o la hidroclorotiazida un diurético). El punto más importante es ser conocedor de que esto puede ocurrir con alguno de los tratamientos que uno está tomando y en ese caso tomar las medidas de prevención mencionadas con anterioridad”, señala.