Redacción, 18-07-2021.- En verano es más difícil conciliar el sueño. Tal y como explica el doctor Javier Puertas, vicepresidente de la Sociedad Española de Sueño (SES), “con temperaturas por encima de los 22 grados, lo que se conoce como noches tropicales, el descanso se dificulta, ya que para que el sueño puede ser profundo es necesario que el cuerpo pueda eliminar calor, lo que se hace más difícil con temperaturas altas y con un elevada humedad ambiental”.
Además debido al cambio de rutinas diarias, con una tendencia clara a trasnochar más de lo habitual. “El periodo de vacaciones debe servir para descansar y desconectar, pero hay que intentar no transgredir en exceso los horarios. Además, la relajación y la vida social puede favorecer las cenas copiosas y un consumo mayor del habitual de alcohol por las noches, lo que tiene una clara influencia en el descanso nocturno provocando digestiones pesadas, reflujo nocturno y un sueño superficial”, argumenta Puertas, que señala como tercera causa del peor descanso veraniego el incremento de la duración de las siestas.
Por su parte el doctor Alejandro Iranzo, presidente de la SES, añade que dormir poco o mal por la noche hace que nuestro cuerpo tienda al sueño durante el día, especialmente en situaciones pasivas. “Después de comer, si el ambiente es favorable, uno ha dormido mal y está relajado y sin una tarea que llevar a cabo, la situación invita a quedarse dormido”, señala el experto, que añade que hay otros factores que influyen en la necesidad o no de tomarse una siesta, entre ellos la edad: “Un adolescente, aunque sólo duerma unas 5 horas, si esas horas de descanso son de calidad puede no necesitar siestas”.
Para Iranzo, si una persona duerme suficiente por la noche (entre 7 y 8 horas) y tiene un sueño de buena calidad (sin fragmentaciones por apneas, dolores o preocupaciones), una siesta después de una comida no muy abundante “siempre es recomendable en cualquier época del año si dura entre 15 y 30 minutos”. A partir de 40 minutos, señala el presidente de la SES, las siestas “son un indicador de que se ha dormido poco o mal la noche anterior” y además un riesgo, ya que, como añade, las siestas extremadamente largas “no son beneficiosas ya que perpetúan un ciclo sueño-vigilia alterado”.
Consejos para descansar mejor en verano
El doctor Javier Puertas enumera una serie de consejos para tener un sueño de mejor calidad en verano:
-Dormir, a poder ser, en las habitaciones menos expuestas al sol durante el día, con las persianas bajadas y bien ventiladas.
-Utilizar sábanas transpirables.
-Darse una ducha templada, no excesivamente fría, antes de acostarse.
-Utilizar ventiladores de techo favorece una circulación suave del aire que facilita que el cuerpo elimine calor sin tener que dormir con el aire acondicionado puesto toda la noche.
-Aprovechar para hacer ejercicio físico durante el día. En ese sentido, es recomendable darse un buen baño de luz (con un paseo, corriendo o en bici) con el sol de la mañana, antes de las 10:00 horas.
-Evitar las siestas excesivamente largas: 25-30 minutos máximo.
-Evitar el consumo de alcohol por la noche.
-Desconectar todo lo posible de todas las preocupaciones que arrastramos tras dos años de pandemia.