La alopecia androgénica femenina es la causa más común de pérdida de cabello en las mujeres y puede cursar a cualquier edad después de la pubertad, aumentando su frecuencia con la edad, afectando, por tanto, a la calidad de vida.
“Aunque no es una enfermedad grave, constituye un problema médico por las consecuencias en la baja autoestima e incluso ansiedad y depresión de la mujer afectada”, afirma la doctora María Calvo, jefa de servicio de Dermatología y Medicina Estética de Olympia Quirónsalud.
Se caracteriza por la pérdida progresiva de cabello y la densidad del pelo sobre la corona y el cuero cabelludo frontal. “En mujeres menopáusicas la incidencia se acerca al 40%”, asevera la dermatóloga.
Muchas enfermedades endocrinológicas pueden estar asociadas con la alopecia androgénica femenina, “especialmente si se acompañan de hiperandrogenismo, como el síndrome del ovario poliquístico (SOP), la hiperprolactinemia, la hiperplasia suprarrenal y determinados tumores ováricos y suprarrenales”, señala la doctora de Olympia.
Según la experta, en mujeres jóvenes con hiperandrogenismo, el mecanismo de desarrollo de la alopecia está muy claro (aunque solo un 20 30% de las pacientes con SOP padecen pérdida capilar).
“El papel de los andrógenos en las mujeres menopáusicas sigue siendo objeto de estudio y se han implicado otros factores ambientales como el estrés, el tabaquismo y la inflamación microbiana (inflamación de una articulación debido a una infección bacteriana o micótica)”, explica la doctora María Calvo.