Redacción, 07-07-2021.- El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos (CGCOP) alerta de que el exceso de esmaltes permanentes puede provocar alteraciones y daños irreparables en las uñas. Según el secretario general del CGCOP, Juan Dios, “dificultan la transpiración, dañan la lámina ungueal y hacen que la uña se haga más fina, pierda brillo y se rompa con más facilidad”.
Tal y como recoge el CGCOP, en los últimos años se está dando más importancia a la estética de las uñas de los pies, con la popularización de esmaltes permanentes. Con la llegada del verano y la intención de lucir unos pies bellos, el Consejo General de Colegios de Podólogos quiere advertir de los problemas del abuso de estos esmaltes que pretenden mantener intacto el color de las uñas más tiempo. “Los profesionales de la Podología no nos oponemos a los esmaltados esporádicos, pero es importante dejar descansar las uñas y no llevarlas siempre pintadas”, afirma la presidenta del CGCOP, Elena Carrascosa.
La pérdida de brillo y las roturas se producen al pulir la lámina ungueal para dejarla porosa y facilitar así la adhesión de las capas de gel, que se aplican para dar forma y endurecer las uñas.
Pasadas dos o tres semanas se retira el gel y el esmalte mediante un nuevo limado y el uso de acetona concentrada. Tras este proceso, las uñas se debilitan, pierden grosor, son más propensas a la ruptura y pueden sufrir la aparición de manchas amarillas y granulomas de queratina (manchas blancas), además de infecciones por hongos.
Este tipo de lacas impiden el crecimiento natural de las uñas. “Los esmaltes permanentes o semipermanentes son perjudiciales para las uñas de los pies: pueden provocar numerosos problemas, incluso, la pérdida de las uñas, debido a que generan una oclusión total de la uña y esto causa la aparición de infecciones por bacterias u hongos, que hacen que la uña se ablande y se despegue”, ha asegurado Elena Carrascosa, presidenta del Consejo General de Colegios de Podólogos.