Como señala el Dr. Sergio Benavente, jefe del Servicio de Psiquiatría del hospital valdemoreño, «para ofrecer a los pacientes un acceso de calidad y ágil en este ámbito sanitario, dada la incidencia de problemas de salud mental en la infancia y adolescencia, hemos trabajado en tres ámbitos clave: la consolidación del equipo, la implementación de programas específicos y la optimización de los protocolos administrativos y clínicos».
Así, uno de los pilares más relevantes en esta transformación ha sido la estabilidad y especialización del equipo.
«Los cambios constantes de profesionales suponen un obstáculo para la eficiencia y la calidad del tratamiento, por lo que crear un clima de trabajo motivador y que fomente el desarrollo profesional nos ha permitido consolidar un equipo fijo de salud mental infanto-juvenil», destaca el Dr. Benavente. Este equipo está formado por psiquiatras, psicólogos, neuropediatras, enfermeras especializadas y trabajadoras sociales, lo que permite ofrecer una atención integral y coordinada.
Tal y como recoge Quirónsalud, la creación de programas especializados ha sido otro de los factores diferenciales.
«Hemos desarrollado unidades específicas para el diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA), el tratamiento de la ansiedad, la prevención del suicidio y la atención a los trastornos de la conducta alimentaria. Esto ha permitido una detección temprana, lo que ha optimizado la salud de los pacientes y los recursos sanitarios», apostilla el especialista.