Redacción, 22-04-2025.- Según estimaciones de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), 1 de cada 13 personas sufre trastornos de la voz.
«Algunos de estos trastornos pueden tratarse con toxina botulínica -afirma la Dra. Ana Machado Martín, especialista en ORL del Hospital Quirónsalud San José-, como la disfonía espasmódica o distonía laríngea, el temblor esencial benigno y la disfonía tensional muscular.
Las personas que padecen disfonía espasmódica sufren un deterioro importante de la calidad de vida dado que tienen que realizar un gran esfuerzo a hablar y producir una voz desagradable, tensa, espástica.
- El temblor esencial benigno se manifiesta principalmente en las manos, pero puede afectar también, entre otros órganos, a la voz, provocando que la persona que lo padece hable entrecortado.
- La disfonía tensional muscular es un desorden que ocurre cuando hay un uso excesivo o incorrecto de los músculos alrededor de la laringe, afectando a la calidad de la voz y generando una sensación de incomodidad al hablar, dolor en el cuello y alterando la comunicación.
- En las disfonías, la toxina botulínica se inyecta en las fibras musculares, alrededor de las cuerdas vocales, imposibilitando la liberación de neurotransmisores, debilitando la contracción muscular y mejorando la calidad de la voz. En el temblor esencial benigno actúa paralizando el músculo y el nervio del músculo donde se inyecta (músculo tiroaritenoideo), lo que puede ayudar a reducir la frecuencia de los temblores.
«Para identificar correctamente qué cuerda vocal sufre el trastorno y que la inyección se realiza en el músculo correcto, se utiliza la electromiografía laríngea (EMG) -señala el Dr. Alberto Pérez de Vargas Martínez, Jefe de Servicio de Neurología y Neurofisiología Clínica-, lo que permite realizar el tratamiento con seguridad y precisión».