Redacción, 06-05-2025.- Esta vitamina se ha convertido en un ingrediente clave en el cuidado de la piel, especialmente en productos cosméticos diseñados para tratar problemas como ojeras y rojeces. Su versatilidad y efectividad han despertado el interés tanto de los expertos en salud como de las marcas de belleza.
¿Qué es la vitamina K?
La vitamina K se almacena en pequeñas cantidades en el cuerpo, “lo que significa que es importante consumirla regularmente a través de la dieta o mediante suplementos si es necesario”, apunta el nutricionista Marcos López.
La vitamina K se encuentra ampliamente disponible en alimentos naturales, tanto de origen vegetal como animal. Entre las principales fuentes de vitamina K están los vegetales de hojas verdes como las espinacas, la col rizada, el brócoli, la lechuga y las acelgas, y también está presente en ciertas hierbas frescas, como el perejil y el cilantro.
Se encuentra en alimentos como el hígado, la yema de huevo, carnes, quesos fermentados, y las bacterias intestinales del cuerpo también la producen forma natural, aunque no siempre en cantidades suficientes para cubrir las necesidades del organismo, por lo que cada vez más firmas de suplementación trabajan en la vitamina K.
Beneficios a nivel ingerible
Consumir vitamina K tiene un impacto positivo en diversas funciones del organismo.
“A nivel sistémico, esta vitamina es esencial para la correcta coagulación de la sangre, ya que permite la activación de proteínas que evitan hemorragias y facilitan la cicatrización de heridas”, explica el doctor.
Además, la vitamina K es clave para la salud ósea, ya que ayuda a fijar el calcio en los huesos.
Esto “no solo mejora la densidad ósea, sino que también previene enfermedades como la osteoporosis y reduce el riesgo de fracturas, especialmente en personas mayores”, advierte.
Estudios recientes han sugerido que la vitamina K “también podría tener un efecto protector frente a ciertos tipos de cáncer, así como beneficios potenciales en la salud cerebral, al mejorar la función cognitiva en adultos mayores”, explica sobre hallazgos que refuerzan su reputación como un nutriente esencial para el bienestar integral.
Una aliada a nivel cosmético
En el ámbito de la belleza, la vitamina K ha ganado popularidad por su capacidad para mejorar la apariencia de la piel, especialmente en productos cosméticos. Uno de sus usos más conocidos es en el tratamiento de las ojeras, en particular aquellas de tonalidad azulada.
Esto se debe a que fortalece los capilares sanguíneos y mejora la circulación en la delicada zona periorbital, reduciendo así la pigmentación oscura y la hinchazón, por lo que también es muy efectiva en la cicatrización de heridas y en la reducción de hematomas.
¿Cómo introducir la vitamina K?
A nivel alimenticio, “basta con añadir más vegetales de hojas verdes y alimentos fermentados a las comidas habituales”. Preparar ensaladas con espinacas y col rizada o acompañar los platos con una porción de brócoli al vapor son formas sencillas de aumentar la ingesta de vitamina.