Redacción, 06-07-2022.-El farmacéutico es un elemento clave en el desarrollo de iniciativas de salud pública que sean eficaces y abarquen el mayor número de campos de interés tanto para la ciudadanía como la Administración.
Así lo recoge en uno de sus artículos la publicación «Correo Farmacéutico» donde detalla que la experiencia de la covid-19, tanto a nivel de farmacéutico especialista como comunitario, ha sido una buena muestra del papel y el potencial de la profesión en este ámbito, que se suma a la amplia experiencia disponible gracias a iniciativas de promoción de la salud, prevención o cribados y la creciente colaboración con los gestores sanitarios. Precisamente, de esta ardua y necesaria labor se hablará en el 22 Congreso Nacional Farmacéutico, que organiza el Consejo General de COF en Sevilla el próximo mes de septiembre.
Para Claudio Buenestado, vocal nacional de Farmacéuticos de Salud Pública, la salud pública tiene la oportunidad de jugar un papel importante en la transformación de los sistemas de salud para que promuevan la prevención y la vida saludable, además de la protección de la salud de las poblaciones.
“Su foco en la prevención y los determinantes sociales de la salud puede hacer contribuciones inestimables a los servicios sanitarios”, apunta.
En este contexto, la labor del colectivo que representa es más necesaria e imprescindible que nunca, ya que están capacitados “para analizar los problemas de salud de la población, diseñar, implementar y evaluar acciones para mejorarla desde una perspectiva intersectorial y multiprofesional, teniendo en cuenta los marcos normativos autonómicos, nacionales e internacionales”.
Hay que sumar el incremento decidido de la apuesta por el farmacéutico comunitario y la red de oficinas de farmacia en esa dinámica.
Según Navidad Sánchez Marcos, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), “el papel del farmacéutico comunitario en salud pública, prevención y promoción de la salud no solo está reconocido en la legislación sanitaria, sino que es una práctica habitual en el día a día de muchos farmacéuticos” y, además, es algo que viene de lejos.
«Y es que son un eslabón de gran importancia en este ámbito, como lo demuestra también su participación, cada vez mayor, en algunas de las estrategias nacionales del Sistema Nacional de Salud”.
Ana López Casero, tesorera del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, añade que no solo tienen una sólida formación y experiencia en el ámbito de la salud pública a través de sus competencias académicas y profesionales recogidas en la legislación nacional y europea, “sino que, además, la legislación interpela a los farmacéuticos a los que les sitúa como profesionales sanitarios obligados a colaborar en salud pública con las administraciones, con independencia de si su ámbito de trabajo es en la Administración, desde un laboratorio o desde la farmacia comunitaria. Hablamos, por tanto, de vocación y de cumplimiento de la legislación”.