Redacción, 08-02-2022.- La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y la Organización Farmacéutica Colegial han difundido un nuevo protocolo para las farmacias españolas ante la Violencia de Género, un documento que se enmarca en la colaboración desarrollada por ambas entidades, y contemplada en el convenio suscrito por las mismas el pasado mes de julio. El objetivo de este protocolo de actuación en la farmacia comunitaria es ayudar a detectar las primeras señales de violencia y a saber cómo actuar ante un posible caso.
Un documento en el que ambas entidades llevaban tiempo trabajando y cuyo contenido ha sido consensuado.
De hecho, tal y como recoge Portalfarma, este protocolo nace con vocación de ser una herramienta que facilite y guíe los pasos de farmacéuticos y farmacéuticas ante cualquier forma de violencia y malos tratos por razón de género. El itinerario que tendrán que recorrer las víctimas hasta salir de esa situación de violencia será largo y complejo, pero siempre que lo necesiten deben saber que la Farmacia quiere ser punto de apoyo para todas ellas.
En concreto, este protocolo es la mejor prueba de esa firme decisión de toda la profesión farmacéutica y de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género de sumar esfuerzos en una misma dirección: erradicar la violencia contra las mujeres.
En este sentido, la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, María Victoria Rosell Aguilar, ha destacado que “la prevención, protección integral y erradicación de la violencia de género es una tarea que atañe al conjunto de la sociedad. Las oficinas de farmacia y todo su personal son un servicio esencial y accesible para todas las mujeres, un lugar idóneo dónde pedir ayuda para obtener una información cualificada, suministrada por los profesionales y por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género”
Por su parte, Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, ha señalado que el farmacéutico, en su condición de sanitario más accesible a los ciudadanos, y la farmacia comunitaria, gracias a su fuerte arraigo social y territorial, constituyen un extraordinario sensor y recurso desde el que impulsar acciones que faciliten a las mujeres víctimas de violencia machista a dar el paso de denunciar.
«La prevención, protección integral y erradicación de la violencia de género es una tarea que atañe al conjunto de la sociedad. Por nuestra parte, los farmacéuticos hemos demostrado durante esta pandemia ser un servicio esencial y accesible para todas las mujeres, un lugar idóneo donde pedir ayuda para obtener una información cualificada, suministrada por profesionales”.