Y los datos no dejan lugar a dudas, ya que «en España se han triplicado los diagnósticos de alergia alimentaria en poco más de dos décadas, y se ha observado un aumento de las anafilaxias por alimentos, especialmente en la población infantil. La prevalencia real no está bien establecida, pero se estima que en nuestro medio afecta aproximadamente al 8% de niños y al 5% de adultos», advierte Sonia Vázquez Cortés, alergóloga del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y secretaria del Comité de Alergia a Alimentos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).
Tal y como recoge La Razón la pregunta del millón es saber qué razones están detrás de esos datos tan abrumadores. Y aunque la respuesta no es clara, hay varias hipótesis.
« El desarrollo de alergia se ve favorecido por factores genéticos, ambientales y por otros relacionados con el estilo de vida, los hábitos alimentarios y las interacciones materno-neonatales», asegura Vázquez Cortés, quien hace hincapié en que «el hecho de que los niños están más expuestos a comida envuelta en plásticos y productos envasados no infl uye en el desarrollo de la alergia a alimentos».
Por el contrario, lo que sí parece estar influyendo es lo que se conoce como la hipótesis de exposición dual, es decir, evitar estrictamente los alimentos susceptibles de provocar alergias o introducirlos muy tardíamente por la boca, a pesar de que están en el ambiente por vía La población infantil es más vulnerable a las reacciones alérgicas cutánea, puede generar una reacción. Por eso, en la actualidad se están cambiando las guías de introducción de alimentos y la recomendación a las embarazadas y lactantes es que tienen que comer de todo.