Redacción, 31-07-2023.- Uno de los síntomas digestivos más habituales en las mujeres embarazadas es, sin duda, la pirosis, una sensación de ardor en la parte superior del sistema digestivo que alcanza hasta la faringe.
La incidencia a nivel mundial del reflujo gastroesofágico se estima entre el 17 y el 80%, la prevalencia es alta aunque muchas pacientes presentan síntomas leves y poco frecuentes. Generalmente comienza a aparecer a partir del tercer mes de gestación pero su incidencia es mayor en la recta final, cuando el útero presiona más el estómago, según Quirónsalud.
El Dr. Miguel Àngel Jiménez, jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Sagrat Cor explica que «la acidez se debe a un aumento de los niveles de la hormona progesterona que produce la relajación de la musculatura del esfínter esofágico provocando que el ácido del estómago retorne hacia la faringe y ralentice el vaciado gástrico, y también debido a la presión mecánica, sobre todo durante los últimos meses del embarazo cuando el tamaño del bebé comprime órganos como la vejiga, los intestinos y el estómago».
Sus síntomas son muy molestos, frecuentes, intensos y afectan a la calidad de vida de las gestantes aunque son raras las complicaciones importantes.
Para reducir las molestias de la acidez del estómago y del reflujo «se recomienda que se fraccionen los alimentos y se tomen de forma más frecuente. Es decir, ingerir pequeñas cantidades más repartidas a lo largo del día con una frecuencia aproximada de dos horas. De esta manera se conseguirá disminuir la acidez y esa sensación de vómito».