«Nuestra prioridad ha sido poner al Sistema Nacional de Salud en hora con el siglo XXI. Uno de los retos principales que este siglo está suponiendo para los sistemas públicos de salud es el de la sostenibilidad medioambiental y la adaptación a la crisis climática», ha recalcado. Por esa razón, el compromiso es que el Sistema Nacional de Salud contamine lo menos «y no contribuya a empeorar la salud de las personas que cuidamos y curamos».
Tal y como recoge el Ministerio de Sanidad, se calcula que las emisiones de la anestesia suponen el 2% de la huella de carbono del Sistema Nacional de Salud y, en promedio, un 10% de las emisiones directas de los centros sanitarios.
Este grupo de trabajo impulsado por el responsable de Salud y Clima del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero, y ha contado, en esta primera reunión, con la participación de los responsables de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), de la European Society of Anaesthesiology and Intensive Care (ESAIC); del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MiTEco) y distintos profesionales expertos del ámbito de la salud, que han contado diversas experiencias hospitalarias en la materia.