Redacción, 07-08-2024.- Durante los meses de verano se multiplican las actividades al aire libre que se realizan con niños, y es muy frecuente que se produzcan picaduras de insectos y de otros animales, que no suelen causar problemas graves, pero pueden ser muy molestas.
En cualquier caso, “es imprescindible vigilar y comprobar que el niño tenga un buen estado general y no presente dificultad para respirar ni para tragar, ni inflamación de la cara o la boca, pues habría que acudir a Urgencias si se produce alguno de estos casos”, según ha destacado la doctora Ana María Sanchiz, pediatra del Centro Médico Quirónsalud Jaén, que cuenta con el Hospital Quirónsalud Córdoba como espacio hospitalario de referencia para garantizar la continuidad asistencial en caso de ser necesario.
La doctora Sanchiz ha explicado que los niños están más expuestos a las picaduras por las propias características de la infancia (más curiosidad), y ha recordado que “en menores de 6 meses no es recomendable usar repelentes de insectos, a partir de esa edad pueden utilizarse aquellos que están formulados de forma específica para niños”.
Las picaduras más frecuentes son las causadas por mosquitos, avispas, y también medusas y pez araña en las playas, ha señalado la doctora, según recoge Quirónsalud.
Para reducir las molestias, “podemos poner en práctica algunos consejos según el tipo de picadura”. En el caso de los mosquitos, lo más característico es la aparición de una picadura acompañada de inflamación que suele molestar de manera intensa, así que hay que evitar que el niño se rasque pues puede dañarse la piel y producirse una sobreinfección. Es recomendable lavar con agua y jabón la zona, aplicar frío local y observar que no haya un área muy roja o caliente alrededor, ni costra amarillenta y pus. En ese caso, habría que acudir al pediatra, pues “sería necesario un tratamiento antibiótico”.