Redacción, 29-06-2023.- Los sentidos representan nuestras puertas para recibir información del entorno, pero no todos están siempre disponibles, como en el caso de las personas ciegas o sordas. La ciencia sabe hoy bastante bien que el cerebro tiene la capacidad de adaptarse a distintas experiencias sensoriales y, en cierto modo, de ‘compensar’ la falta de uno u otro sentido.
Tal y como recoge 20 minutos, en un nuevo estudio, un grupo de investigadores de la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca (Italia), en colaboración con un grupo de la Universidad de Ulm (Alemania), ha aportado nuevos datos sobre cómo el cerebro consigue adaptarse a los cambios en el flujo de información procedente de los ojos y los oídos.
Varios estudios ya han demostrado que la falta de visión, incluso durante un breve periodo de tiempo, por ejemplo mediante la oclusión de un ojo durante unas horas, es suficiente para inducir un cambio temporal en la forma en que el cerebro procesa la información visual. Sin embargo, se desconocía si estos efectos plásticos repercuten en otros sentidos, además de la visión, e influyen en su actividad.
La investigación se realizó con la participación de 20 voluntarios
Para esta nueva investigación, publicada en la revista científica NeuroImage, los investigadores vendaron los ojos a 20 participantes en el experimento y les pidieron que miraran y contaran simples destellos de luz mientras también se presentaban pitidos sonoros.
Durante el experimento, la actividad cerebral se registró con precisión de milisegundos con el electroencefalograma. Los investigadores observaron que la actividad neuronal en respuesta a la entrada visual y auditiva se alteraba tras la retirada del parche ocular.