Redacción, 20-07-2023.- El contacto constante con el agua del mar y de las piscinas es una de las principales causas de las patologías oculares en verano.
Estas afecciones pueden provocar desde irritación y lagrimeo hasta infecciones de carácter grave, según recoge Quirónsalud.
A continuación, se detallan los riesgos para protección de los ojos bajo el agua y nos facilitan algunos consejos desde el servicio de Oftalmología del Hospital Universitari Sagrat Cor, OMIQ.
- Irritación en los ojos: el cloro y otros productos químicos que se incorporan al agua de la piscina pueden debilitar la película lagrimal que protege e hidrata el ojo produciendo irritación, lagrimeo, y sensación de cuerpo extraño, lo que se conoce como el «ojo rojo».
- Conjuntivitis infecciosa. Los múltiples gérmenes y bacterias que conviven en el agua pueden ser causa de esta infección ocular, ya sea bacteriana o vírica.
- Queratitis: Algunas bacterias presentes en el agua de las piscinas, como la Pseudomona o la Acanthamoeba, pueden causar inflamación de la córnea.
- Visión borrosa: Muy ocasionalmente, un contacto regular con el agua de la piscina puede derivar en problemas crónicos como la visión borrosa.
- Picaduras: En el mar pueden producirse picaduras de medusas u otras especies marinas que suelen atacar a los párpados.
- Traumatismos: Son más frecuentes cuando se practica un deporte acuático, por el contacto físico o, menos probable hoy en día, por la rotura de los cristales de las gafas de buceo.
- Hiposfagma: Al practicar submarinismo puede producirse un derrame ocular que debido a los cambios de presión y que no suele tener consecuencias graves.