Redacción, 09-03-2023.- Tras una noche alegre de fiesta en la que se te ha ido la mano con el alcohol, llegará inevitablemente una mañana triste de resaca. Además de sentir un terrible malestar físico, si te miras al espejo serás testigo de las huellas visibles que el alcohol ha dejado en tu rostro.
Tal y como recoge Deia, ojeras profundas, piel acartonada, grisácea, opaca y sin vida, con arrugas y rojeces nos recuerdan que beber alcohol, por poco que sea, no le sale gratis a nuestro organismo y es que su consumo es el tercer factor que más envejece nuestro aspecto, por detrás de los rayos del sol y de factores externos como la contaminación.
Los expertos aseguran que beber alcohol siempre es malo y subrayan que, incluso hacerlo de forma esporádica, puede tener efectos negativos para la salud.
Su consumo aumenta el riesgo de sufrir innumerables enfermedades, tanto físicas como psicológicas, y produce un envejecimiento a nivel celular, por lo que también aumenta el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con la edad, como la demencia o la diabetes.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pensilvania, cuyos resultados fueron publicados en la revista Nature Communications, demostró que incluso el consumo moderado de alcohol está asociado a daños en el cerebro. Consumirlo en exceso altera, además, su estructura y su tamaño, asociados ambos a deficiencias cognitivas, y provoca una reducción de la materia gris y de la blanca.