Redacción, 03-12-2021.- La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), junto con la Asociación Española de Urología (AEU) y la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) han unido fuerzas para conmemorar el Día de la lucha contra la obesidad con el lema: ‘La infertilidad, una razón de peso’, ya que esta enfermedad, la obesidad, es también causa de otras enfermedades menos conocidas, como la infertilidad, tanto femenina como masculina, y que comprometen mucho la salud y la calidad de vida de las personas afectadas.
Tal y como recoge la SEEN, un impacto directo del aumento de peso y de la aparición de la obesidad es la infertilidad, dos factores que provocan que descienda en los varones el número de espermatozoides y que tengan menos movilidad, además de que puede llegar a ocasionar disfunción eréctil. Y en las mujeres, la obesidad provoca alteraciones menstruales y un descenso en la calidad de los óvulos.
Según el último Registro Nacional de Actividad de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), en 2019 se realizaron 180.906 tratamientos de reproducción asistida.
El doctor Luis Martínez Navarro, presidente de la SEF ha explicado que “además de la edad, la obesidad y sus complicaciones son los factores que en nuestro medio más influyen en la disminución de fertilidad. El aumento de peso aumenta claramente las tasas de aborto y disminuye las tasas de recién nacidos vivos”.
En concreto, las mujeres con obesidad tienen una menor probabilidad de quedarse embarazadas de forma espontánea o tras técnicas de reproducción asistida, calculándose que la probabilidad de embarazo en mujeres con obesidad grave se reduce a la mitad respecto a mujeres con peso normal.
Según la Dra. Ana de Hollanda, coordinadora del grupo de Obesidad de la SEEN, “se estima que por cada punto de incremento en el índice de masa corporal (IMC) se reduce la probabilidad de embarazo espontáneo en un 10%. Y se calcula que, tras técnicas de reproducción asistida, por cada punto de aumento de IMC disminuye un 9% los nacimientos de recién nacidos vivos”.
¿Por qué? Según esta experta, la obesidad se asocia a disfunción en la ovulación, principalmente por la presencia del síndrome de ovario poliquístico, pero incluso sin que exista esta enfermedad, la obesidad altera la ovulación normal. El exceso de grasa corporal, mediada por la resistencia a la insulina, provoca alteraciones en las hormonas que regulan la ovulación. Y a su vez el exceso de tejido adiposo afecta de manera negativa a la calidad de los óvulos y su capacidad de fecundación, así como a la matriz o endometrio contribuyendo a una mayor tasa de abortos.