Redacción, 23-04-2022.- Cada vez es más frecuente que a las consultas de Aparato Digestivo acudan personas con reacciones adversas a la ingesta de alimentos. Pero no todos los pacientes saben que se clasifican en tres tipos: alergias, intolerancias o toxiinfecciones alimentarias. Según el Dr. Francesc Casellas Jordá, responsable del Comité de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona), “nuestro organismo obtiene los nutrientes necesarios a través de los alimentos y éstos no deben provocar molestias, pero no siempre es así. En ciertas ocasiones, la ingesta, contacto o inhalación de alimentos provoca una respuesta anormal”.
Tal y como recoge FEAD, con el objetivo de aportar información científica, veraz y comprensible a la población, la FEAD publica una infografía sobre los tipos de reacciones adversas tras la ingesta de alimentos.
ALERGIA ALIMENTARIA
Una alergia alimentaria es una reacción adversa mediada por el sistema inmunológico que ocurre en ciertas personas (los alérgicos) al ingerir determinados alimentos (los alérgenos). “Los alérgicos no nacen siéndolo, sino que se hacen alérgicos”, explica el Dr. Casellas. Y, para ello, es necesario que el paciente haya tenido contacto con el alimento alergénico, siendo más frecuente en personas que tienen familiares de primer grado (padres o hermanos) alérgicos o en individuos que tienen dermatitis atópica.
Ante esta respuesta alérgica, el organismo desarrolla anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE) contra proteínas del alimento causante de la alergia. Y para detectarla, se realizan pruebas cutáneas (conocidas como pruebas intraepidérmicas o prick-test) o un análisis.
INTOLERANCIA ALIMENTARIA
La intolerancia alimentaria es una reacción adversa que no tiene un origen inmune, sino que se produce por la digestión incompleta o inadecuada de un alimento. De hecho, puede aparecer por diversas causas (metabólicas o farmacológicas). “Las intolerancias tienen que ser valoradas por un profesional sanitario, que descartará la existencia de síntomas de alarma (sangre en las deposiciones, pérdida no justificada de peso, etc.) o de una potencial enfermedad subyacente y determinará si los síntomas se deben a otras causas (Síndrome del Intestino Irritable (SII), Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), enfermedad celíaca, etc.)”, explica el Dr. Casellas.
Los tipos de intolerancias más frecuentes son: a la lactosa (azúcar que se encuentra en la leche y sus derivados); a la fructosa (azúcar muy común en alimentos como la miel o frutas como la
manzana, la pera, la ciruela o el dátil); al sorbitol (azúcar alcohol que se encuentra de forma natural en frutas como la pera, la manzana, la ciruela, el melocotón, los albaricoques, etc. o se utiliza también como edulcorante en alimentos industrializados); a la histamina (sustancia que produce nuestro organismo o presente en alimentos como la carne y el pescado); y favismo (reacción en forma de anemia aguda tras el consumo de habas).
TOXIINFECCIÓN ALIMENTARIA
A diferencia de las alergias e intolerancias, la toxiinfección alimentaria se produce como consecuencia de la ingesta de un alimento contaminado por gérmenes patógenos o sus toxinas. Según explica la FEAD, si la enfermedad se debe a la ingesta de alimentos contaminados por bacterias o virus se habla de infección; si es por la ingesta de alimentos contaminados por toxinas bacterianas es intoxicación; y si es por la ingesta de parásitos, infestación.